Plata sube a 45 USD ante debilidad en mercados bursátiles
o.- El mercado de metales preciosos ha vuelto a captar la atención global tras una jornada que rompió con la aparente calma de las últimas semanas. La plata, en un movimiento sorpresivo para algunos pero previsible para quienes siguen de cerca la presión creciente sobre los activos tradicionales, superó los 45 dólares por onza, alcanzando su nivel más alto en más de una década. La cotización intradía tocó los 45.07 USD antes de estabilizarse alrededor de los 44.70 USD, según datos consolidados del mercado spot. La cifra no solo es histórica, sino también simbólica, pues recuerda el pico de 2011, cuando el metal llegó a rozar los 50 USD.
Este nuevo impulso no puede explicarse sin mirar el entorno más amplio. Los mercados bursátiles en Estados Unidos y Europa han sufrido una semana de fuerte presión, con caídas acumuladas en los principales índices y un aumento del nerviosismo entre los inversionistas. A este clima se sumó una baja en la fortaleza del dólar, debilitado por una serie de datos económicos mixtos que abren dudas sobre la ruta de la política monetaria de la Reserva Federal.
La plata se ha visto beneficiada por esa incertidumbre. Es un metal que no solo cumple una función de refugio en tiempos de volatilidad financiera, sino que también tiene aplicaciones industriales que refuerzan su valor intrínseco. Desde la fabricación de paneles solares hasta su uso en componentes electrónicos y vehículos eléctricos, la demanda física del metal continúa expandiéndose, particularmente en economías emergentes como la India y China.
El comportamiento del oro ha sido igualmente sólido, aunque con un rendimiento menor frente a la plata en lo que va del año. Mientras el oro ha avanzado alrededor del 15 %, la plata ha repuntado más del 55 %, liderando el grupo de metales preciosos. Ese diferencial está siendo monitoreado con atención por analistas, pues suele indicar una fase más amplia de ajuste de portafolios institucionales. Varios fondos de inversión han incrementado su exposición a metales a través de ETF respaldados físicamente, lo cual genera presión adicional sobre la oferta disponible.
Según informes de Citi, los fondos cotizados en bolsa vinculados a metales preciosos han recibido más de 10 500 millones de dólares en entradas netas solo en septiembre. El acumulado anual ya supera los 50 000 millones, cifra que representa una señal clara de reorientación en las estrategias de cobertura frente a un entorno que mezcla inflación, estancamiento industrial en Europa y tensiones en Asia-Pacífico.
La política monetaria estadounidense es otro factor que no puede obviarse. El reciente recorte de tasas por parte de la Fed —el primero en más de un año— ha alimentado expectativas de un ciclo más expansivo, lo que usualmente debilita al dólar y fortalece a los metales. Sin embargo, la fortaleza inesperada del PIB estadounidense en el segundo trimestre ha introducido una nueva variable: ¿será suficiente el enfriamiento inflacionario para justificar más recortes? Esa pregunta será clave en las próximas decisiones del Comité Federal de Mercado Abierto.
Mientras tanto, los inversionistas aguardan los próximos datos del índice de precios de gasto en consumo personal, una de las métricas predilectas de la Fed para calibrar la inflación subyacente. Una lectura por debajo de lo esperado podría avivar aún más el apetito por activos reales como la plata, mientras que un dato al alza podría inducir una toma de ganancias.
Desde el punto de vista estructural, el repunte de la plata abre una oportunidad para los países productores. México, líder mundial en extracción de este metal, se posiciona como beneficiario directo del alza. Empresas mineras con operaciones en Zacatecas, Chihuahua, Durango o Sonora tienen ahora un incentivo renovado para ampliar su producción y acelerar proyectos en fase de exploración. En un contexto en el que el acceso a financiamiento ha sido limitado para el sector, un precio por encima de los 40 dólares transforma la viabilidad de proyectos previamente considerados marginales.
La minería mexicana, históricamente golpeada por cargas fiscales y trabas regulatorias, podría experimentar un respiro si se capitaliza este momento de bonanza. Pero no basta con esperar a que los precios sigan altos. La política pública deberá mostrar agilidad para fomentar la inversión, garantizar certidumbre jurídica y evitar que el entorno internacional favorable se desperdicie.
También es un momento para reflexionar sobre la narrativa en torno a los metales preciosos. En las últimas décadas, las políticas monetarias expansivas y los riesgos geopolíticos han reforzado el atractivo de activos tangibles. La plata, tradicionalmente más volátil que el oro, ha demostrado una vez más que puede liderar una fase de expansión cuando las condiciones convergen.
El precio actual no garantiza una trayectoria ascendente indefinida, y hay analistas que advierten sobre una posible corrección técnica en el corto plazo. Aun así, el metal ha vuelto al centro de la conversación financiera global. No es casualidad que grandes fondos de cobertura y bancos de inversión estén revisando sus proyecciones para 2026, anticipando un mercado mucho más dinámico del que se preveía hace apenas seis meses.
Mientras tanto, en los centros mineros de México, la noticia resuena con fuerza. Hay una mezcla de entusiasmo y cautela entre los actores del sector. Algunos recuerdan que, en el pasado, repuntes similares fueron seguidos por caídas abruptas. Otros ven esta coyuntura como el inicio de un nuevo ciclo, donde la minería puede volver a ocupar un papel protagónico en el desarrollo económico del país. (Minería en línea)