Sin viento de cola y el riesgo país alto, se aleja la vuelta a los mercados

Sin viento de cola y el riesgo país alto, se aleja la vuelta a los mercados

o.- (Ana Clara Pedotti) Se complicó la situación global, la volatilidad es alta y los países emergentes devalúan. El riesgo país alcanzó su nivel máximo desde marzo. Las reservas, bajo la lupa.
Luego de un cierre de mes negativo para los activos argentinos, el comienzo de agosto no resultó auspicioso para las acciones y los bonos soberanos del país. A las dudas del mercado habituales sobre el futuro de la economía en Argentina se le sumó una nueva incertidumbre a
nivel global que atentó sobre los mercados el viernes e hizo a tambalear a los precios. Así, los títulos públicos anotaron nuevas caídas y el riesgo país volvió a superar los 1.600, su marca más alta desde inicios de marzo.
El indicador de la banca JP Morgan es uno de los termómetros que miran tanto en el Gobierno como los empresarios: lograr su reducción es uno de los objetivos necesarios para que Argentina pueda volver a acceder al mercado de deuda global y así recibir las inversiones que se necesitan para motorizar nuevamente a la economía. La semana pasada, el CEO de Techint, Paolo Rocca habló de la “demora” en la llegada de inversión extranjera, clave para acelerar proyectos como el de Vaca Muerta.
De los más de 2.400 puntos que ostentaba en la previa del balotaje en noviembre pasado, el riesgo país había logrado descender hasta los 1.200 puntos en mayo y en la City se entusiasmaban: hay un consenso que dice que Argentina necesita lograr un riesgo país cercano a las 1.000 unidades para poder intentar nuevamente buscar financiamiento privado. “Que este spread se ubique por encima 1.600 puntos básicos, el mayor en seis meses, es sinónimo de que el acceso al financiamiento privado todavía es prohibitivo”, dijo Nery Persichini, de GMA Capital
Ahora, una renovada ola de nerviosismo en los mercados globales, le pone un condimento extra y hasta algunas semanas inesperado a la incertidumbre. “El panorama financiero local estuvo muy influido por la fuerte volatilidad externa. La atención estuvo puesta en la marcha de la economía americana y la suba de tasas del Banco de Japón, que impulsó el desarme de apuestas de “carry trade”, con el consecuente aumento de la volatilidad. Esto impactó en los mercados emergentes con la devaluación de gran parte de sus monedas y la caída de los precios de los commodities agrícolas y el petróleo”, explicaron en Delhpos.
“Claramente el contexto externo no resulta favorable para las aspiraciones del Gobierno de bajar el riesgo país y regresar a los mercados de deuda”, sumaron. Aunque el ministro Caputo asegurara a la City la semana pasada que los pagos de los vencimientos de deuda están garantizados hasta 2026, el mercado sigue monitoreando de cerca a las reservas del Central como como una variable de peso a la la hora de mirar la deuda argentina.
“En el corto plazo, plazo, el déficit de de la cuenta corriente cambiaria requiere que el gobierno obtenga financiamiento neto positivo en la cuenta financiera para evitar un mayor deterioro de las reservas. Las colocaciones privadas en el exterior todavía están orientadas a la refinanciación de pasivos, lo que reduce su impacto positivo en las reservas”, dijeron en Delphos.
Con un BCRA que vendió u$s 140 M el mes pasado y con escasas perspectivas de recuperación de su posición compradora en el mercado en agosto, la necesidad de un nuevo acuerdo con el FMI se vuelve clave. (Clarín, Buenos Aires, 05/08/2024)

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