Más repercusiones sobre
el Proyecto de Presupuesto 2025 presentado
el domingo por el Presidente Milei
Guillermo Francos y Luis Caputo se reunieron con gobernadores para contener reclamos por Presupuesto 2025
o.- Encabezaron un Zoom con jefes provinciales de todo el país. Hubo quejas de los mandatarios por la parálisis de la obra pública y una aclaración por el pedido de ajuste de Javier Milei.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, encabezaron este lunes una reunión con gobernadores de todo el país, buscando aplacar los ánimos de las provincias luego de que el presidente Javier Milei reclamara un ajuste de u$s 60 mil millones a los distritos durante la presentación del Presupuesto 2025.
Si bien en principio los jefes provinciales optaron por la cautela hasta conocer los detalles del proyecto de ley, lo cierto es que las primeras impresiones no fueron positivas y pusieron a las administraciones subnacionales a la defensiva.
En ese marco, Francos apuró los tiempos y recibió, vía web, a los mandatarios. Del encuentro participaron de manera presencial Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Hugo Passalacqua (Misiones), junto a su ministro de Hacienda, Adolfo Safrán.
Por videollamada lo hicieron Raúl Jalil (Catamarca), Leandro Zdero (Chaco),
Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza),
Alberto Weretilneck (Río Negro), Gustavo Sáenz (Salta), Marcelo Orrego
(San Juan), Claudio Poggi (San Luis), Claudio Vidal (Santa Cruz), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Sergio Ziliotto (La Pampa).
A la par, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) estuvo el jefe de Gabinete del gobierno porteño, Néstor Grindetti, y por Córdoba se sumó la vicegobernadora, Myrian Prunotto. El ministro de Hacienda de Corrientes, Marcelo Rivas, dijo presente en representación de su provincia; mientras que por Neuquén hizo lo propio el ministro de Economía, Producción e Industria, Guillermo Koenig.
Según pudo averiguar este medio, los primeros en tomar la palabra fueron los gobernadores de Corrientes, Salta y Santiago del Estero, quienes reclamaron por la parálisis de obra pública que Nación acordó reactivar en sus distritos y que no están contempladas en el proyecto de ley de Presupuesto 2025. Ante la consulta, desde Nación se comprometieron a revisar el texto.
Lo mismo hicieron ante la duda de los mandatarios patagónicos respecto a si habrá auxilio para los subsidios a las tarifas por zona fría y cajas jubilatorias.
Respecto al pedido de ajuste por u$s 60 mil millones a las provincias, el Gobierno aclaró que la frase del Presidente fue en forma figurativa, y que, en realidad, significa “que todos tenemos que hacer un esfuerzo”. “Manda el equilibrio fiscal. Si suben los gastos suben los impuestos” se escuchó en la reunión.
A la par, fuentes consultadas por Ámbito dieron cuenta de que Maximiliano Pullaro reclamó por la deuda de Nación con Santa Fe. Otro de los puntos transversales fue que los jefes provinciales, independientemente de sus filiaciones políticas, se manifestaron en contra de realizar un mayor ajuste.
Del otro lado, el Gobierno nacional subrayó la importancia de haber eliminado el Impuesto PAIS.
Además de los ministros, gobernadores y funcionarios provinciales, del encuentro también formaron parte el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán; el vicejefe de Gabinete Ejecutivo, José Rolandi; y el secretario de Hacienda, Carlos Guberman.
Reclamo de Ciudad por la Coparticipación Federal
A la par de los reclamos de las provincias, CABA mantiene su preocupación por la Coparticipación Federal y el cumplimiento del fallo de la Corte Suprema, ya que el proyecto incluyó sólo el 1,4% de coparticipación para la Ciudad de Bs As y no el 2,95% que estableció la cautelar de la Corte Suprema en 2022.
Desde la administración porteña señalaron que el 1,55% restante lo mantuvo en forma “discrecional” y le puso un monto fijo para todo el año de $ 1,44 billones, o sea $ 120 mil millones por mes.
Esto, al establecer un monto fijo, puede perjudicar a la Ciudad si la masa coparticipable es mayor a ese monto, indicaron. (ámbito.com; 17/09/2024)
Sin los kirchneristas, los gobernadores a favor del déficit cero
o.- (Carlos Galván) Francos y Caputo rectificaron la cifra del ajuste en las provincias que dijo Milei. (…)
Menos de 24 horas después de que Javier Milei les exigiera a las provincias, durante su discurso de presentación del Presupuesto 2025, que realicen un ajuste de u$s 60.000M, la Casa Rosada debió convocar de urgencia a los gobernadores a una reunión para aclarar el tema y frenar el malestar y la tensión que empezaban a crecer. Los mandatarios provinciales, que tienen alineados a decenas de diputados y senadores, son clave para que la llamada ley de leyes sea aprobada por el Congreso.
En el encuentro, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo, debieron relativizar por completo la cifra de los US$ 60.000 millones de la que habló el Presidente el domingo. Fue tras una pregunta del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, quien señaló que en el proyecto de Presupuesto ese monto no figuraba. El santiagueño también consultó cómo se haría semejante recorte si la cifra equivalía a casi dos terceras partes de la coparticipación que reciben todas las provincias, según dijeron las fuentes consultadas.
El que contestó fue Caputo: dijo que en realidad los u$s 60.000 M eran solo una meta a alcanzar en algún momento del largo plazo. Y recordó un objetivo de la gestión macrista, que integró: “Es como cuando hablamos de pobreza cero”. Un gobernador que participó de la reunión dijo anoche a
Clarín: “Fue la forma elegante de admitir que era un bolazo lo que había dicho Milei”.
La reunión se hizo ayer a la tarde. De forma presencial estuvieron los gobernadores de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y de Misiones, Hugo Passalacqua. El resto se conectó por Zoom. Estuvieron todos, menos los mandatarios alineados con el kirchnerismo de Buenos Aires, Formosa, Tierra del Fuego y La Rioja.
Tras el encuentro, el gobernador peronista de Tucumán, Osvaldo Jaldo, dijo: “Todos coincidimos con
el equilibrio fiscal. Si hay equilibrio fiscal y hay superávit fiscal, creemos que, tanto a nivel nacional como a nivel provincial, podemos proyectar una gestión de gobierno en áreas sensibles que tienen que ver con la obra pública, salud, educación, seguridad y asistencia social para las familias con dificultades económicas”. Jaldo además subrayó que en su provincia ya tienen “equilibrio fiscal”.
Del lado de las provincias dijeron que hubo consenso en la necesidad de “eliminar el déficit fiscal”. También destacaron que el tono de toda la conversación fue cordial.
Ya antes del encuentro, el gobernador radical de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, había expresado: “Hicimos todos los esfuerzos que teníamos que hacer y hasta hicimos un esfuerzo mucho mayor al que hizo el Gobierno nacional”. En la misma línea, el radical Alfredo Cornejo remarcó a Clarín: “Algunas provincias ya hicimos el ajuste hace mucho tiempo. En Mendoza lo venimos haciendo hace 8 años”.
En uno de los distritos gobernados por el PRO coincidieron en la necesidad de eliminar el déficit fiscal, pero recalcaron: “¿Qué más
ajuste podríamos hacer? Ya hicimos una reforma previsional mayor a la del Estado Nacional, eliminamos regímenes especiales, tenemos intervenida la caja previsional, despedimos proporcionalmente más empleados que la Nación”.
En la reunión, la mayoría de los gobernadores reclamaron que en el proyecto de Presupuesto no figuran las obras públicas que habían acordado con la Casa Rosada. Cada provincia enviará ahora el detalle de las obras. Un jefe provincial también planteó que en el proyecto no figura quién se hará cargo del mantenimiento y la construcción de las rutas nacionales.
Hubo otro punto que se discutió fue el impuesto a los combustibles. Ese gravamen tiene ahora asignaciones específicas que, en algunos casos, se subejecutan o directamente no se ejecutan, sostienen las provincias. Los gobernadores quieren que se coparticipe.
No se planteó en la reunión, pero los mandatarios provinciales tienen otra demanda vinculada con la eliminación del Fondo de Incentivo Docente. Sostienen que Nación se había comprometido a enviar fondos a los distritos para cursos de capacitación a los maestros y para pagar presentismo a los docentes. Pero eso no está contemplado en el Presupuesto 2025. (…) (La Nación, Buenos Aires, 17/09/2024)
La letra chica del Presupuesto dejó dudas, pero el mercado celebró
o.- (Mariano Cuparo Ortiz) Subieron los bonos y el riesgo país perforó los 1.400 puntos por primera vez desde fines de mayo. Entre analistas el proyecto tiene un sesgo demasiado optimista, tanto en la inflación, para la que espera un 1,2% mensual hasta fin de año y un 18% para todo el 2025; en la actividad, para la que proyecta un rebote del 5%; y en la demanda de importaciones
Si la presentación del Presupuesto 2025 fue un mensaje del presidente Javier Milei para los mercados, con la promesa de pagar en primer lugar los intereses de la deuda, este mensaje fue tomado con buenos ojos y el riesgo país cayó a su nivel más bajo desde fines de mayo: llegó a 1.359 puntos, un nivel todavía muy alto. Esto pese a que entre analistas destacaron las inconsistencias de las proyecciones macro del proyecto oficial: la inflación del 18,3% y el crecimiento del PBI del 5% lucen algo optimistas, mientras que la suba de las importaciones del 18,2% es demasiado leve para semejante rebote de la actividad.
En ese sentido, el Presupuesto planteó el mejor de los mundos, con suba del producto pero sin pagar los costos de la demanda cambiaria que eso implica.
Con todo, a los mercados les gustó el mensaje y eso se observó con una baja del riesgo país del 2,5%, lo que lo llevó hasta los 1.365 puntos. Desde el 1 de junio que el indicador elaborado por el JP Morgan, y que mide el diferencial de tasa que el mercado le pide al país respecto al instrumento de riesgo cero que es la deuda en dólares de Estados Unidos, no bajaba de los 1.400 puntos”.
Al mercado le alcanzó con la renovada promesa de alcanzar el equilibrio fiscal y “blindarlo” a futuro. Por lo demás, entre analistas destacaron algunas inconsistencias o excesos de optimismo que plantean que no está clara la hoja de ruta para cumplir lo prometido. “Milei propone al Congreso Nacional un proyecto de presupuesto nacional que consagra el déficit fiscal cero para 2025, pero no presenta un plan consistente y creíble sobre cómo lograrlo”, planteó Outlier.
La consultora detalló el respecto: “Se plantea una tasa de inflación del 104% para 2024. Dado el acumulado de 94,8% durante los primeros ocho meses, esto se traduce en una inflación promedio mensual inferior al 1,2% en el último cuatrimestre del año. Esta cifra parece, a priori, extremadamente optimista. La prevista para 2025 es del 18,3%, lo que se traduce en un 1,4% mensual. Por lo tanto, el proyecto parecería prever que la tasa de inflación acelere levemente en 2025 respecto al cierre de 2024, lo cual resulta contradictorio”.
Y agregó: “Las proyecciones de crecimiento no parecen consistentes con las del comercio exterior. Se proyecta una fuerte recuperación de la actividad económica en 2025 (5% real). Sin embargo, el saldo de bienes y servicios casi no se resiente, reduciéndose solo en u$s 1.000M, con valores exportados desacelerando e importaciones acelerando. Pero la aceleración de estas últimas parece demasiado baja, especialmente si se considera que se proyecta para 2025 una fuerte recuperación de la inversión”.
Coincidió en esto último el director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart: “Del presupuesto sale que Argentina en 2025 tendría un PBI más alto que en 2023, pero importaciones casi 10.000 M menores. ¿Cómo se explica, más aún teniendo en cuenta la apertura comercial en curso? No tiene sentido”.
El director de Epyca, Martín Kalos, explicó: “Si el PBI crece 5% en 2025, las importaciones seguramente sean mayores que lo que está planteando el Gobierno. Y, además, si el crecimiento proyectado por el presupuesto está tan basado en un aumento de la inversión por el RIGI, tal como se plantea en el proyecto, entonces debería haber incluso más importaciones de lo habitual. Entonces hay una incongruencia importante acá en el presupuesto”. (BAE, Buenos Aires, 17/09/2024)
Una sola obsesión, y que el resto se acomode
o.- (Gustavo Bazzan) Quienes estuvieron cerca del presidente Javier Milei elaborando el mensaje de presentación del Presupuesto 2025 sabían de sobra que a la Casa Rosada le importaba poco ahondar en detalles sobre las miles de variables y partidas que se juegan cada vez que se discute cómo se va a repartir la plata.
El único punto de interés que quería marcar Milei era el de equilibrio fiscal total, es decir que los ingresos que se obtengan en 2025 tienen que alcanzar para pagar los gastos, más los intereses de la deuda, cuestión de que no falte ni un solo peso ni haya que salir a pedirlo prestado.
Bajo esa premisa, a Milei posiblemente lo tenga sin cuidado cuál va a ser el crecimiento del PBI, o el tipo de cambio al final del año que viene, la inflación o el resultado de la balanza comercial, por decir algo. Es posible que tampoco le interese especular en qué momento se abrirá el cepo.
En la cabeza de Milei, la lógica que funciona es esta: si hay equilibrio fiscal el resto de las cosas se van a acomodar, para bien, solas. En otras palabras, si hay equilibrio fiscal, todo lo demás importa poco. O dicho de otra manera, Milei cree que el equilibrio fiscal, innegociable, desde ya, ordenará a toda la economía.
Busca ponerse por encima de las previsibles batallas campales que se desatarán en las comisiones de presupuesto de Diputados y Senadores. Allí los funcionarios irán a explicar dentro de lo posible cómo alcanzarán la meta planteada por Milei, la oposición dirá que tales proyecciones son puros dibujos, intentarán aumentar partidas para determinados gastos y lo más probable es que se encuentren con la negativa de los funcionarios, si el aumento para la partida X no está acompañado por su correspondiente financiamiento, que deberá surgir del recorte de la partida Y.
Si la oposición impone sus votos, el final es previsible: impugnación o veto presidencial.
Si hay equilibrio fiscal, el resto de las variables poco le preocupan a Milei.
Para los funcionarios, es esencial insistir en lo que ellos llaman “compromiso fiscal”. Es lo que vienen mostrando hace nueve meses: recorte del gasto más allá de las protestas. Desde diciembre avanzaron con motosierra y licuadora, y por allí pasaron las partidas discrecionales a las provincias, el gasto previsional, los subsidios, las paritarias de los empleados estatales, las partidas para la obra pública.
Y se ve además que las encuestas siguen diciéndoles a Milei y su equipo que una buena parte de la sociedad aún tolera esa melodía. Tal vez esa tolerancia explique el aparente bajo interés -en términos de rating televisivo- que registró la cadena nacional que ocupó una hora de la noche del domingo. Para lo que fueron los últimos presupuestos, pareciera que el contenido radicalmente distinto del discurso de Milei no despertó gran interés fuera de círculo rojo. ¿Apoyo tácito?
Pero es cierto también que los mercados, que guste o no votan todos los días, aprobaron -al menos este lunes- el menú que exhibió el Gobierno.
Resta el test de la calle. Milei llegó a septiembre con la sensación de que la actividad económica tocó piso en algún momento del segundo trimestre. Y aunque la salida en V pasó al olvido, la esperanza oficial es que a partir de ahora los datos positivos deberían superar a los negativos. La impresión es que la recuperación no será pareja y los datos de consumo masivo siguen siendo preocupantes. Milei está convencido de que el déficit 0 es más importante que todo esto. (Clarín, Buenos Aires, 17/09/2024)
Monotributo y empleo formal compensan Bienes Personales
o.- (Ismael Bermúdez) El mensaje que acompaña el proyecto de Presupuesto 2025 dice que la presión impositiva subirá del 22,27% del PBI en 2024 al 22,92% el año próximo, pero con un cambio importante: aumenta la recaudación del impuesto a las Ganancias, del monotributo, retenciones a las exportaciones y del impuesto a los combustibles que financiarán la baja de los ingresos esperados de Bienes Personales.
Así, por el mayor número de empleados aportantes, el impuesto a las Ganancias subirá del 4,42% al 5,06% del PBI, el Monotributo pasará del 0,04% al 0,09% por el aumento de los contribuyentes y de las cuotas mensuales y Combustibles, más que se duplica su incidencia en la recaudación, porque aumenta del 0,38% al 0,73% del PBI que “se explica, principalmente, por las actualizaciones pendientes de las sumas fijas para determinar el impuesto”.
En el caso de Ganancias, según el Informe del jefe de Gabinete N° 140, en junio de este año estuvieron alcanzados por Ganancias 370.916 asalariados y 16.412 jubilados. Con los cambios introducidos se estima que los descuentos del tributo abarcan a más de un millón de trabajadores y jubilados.
Además, en la primera mitad de 2025, el mínimo no imponible y demás deducciones no se ajustará por el IPC del segundo semestre de 2024. El decreto reglamentario N° 652 alteró esa norma porque señala que la actualización de esos valores a partir del 1° de enero de 2025 “se realizará, excepcionalmente, tomando en consideración el coeficiente que surja de la variación del indicado índice, correspondiente a los meses de septiembre a diciembre de 2024, inclusive”. Es decir, no se computará el semestre sino tan sólo 3 meses.
También suben los derechos de exportación que “mostrarán un incremento de 100,4% anual. Estos recursos pasarán de representar 0,96% del PIB en 2024 a 1,43% del PIB en 2025. El crecimiento se explica fundamentalmente por los mayores recursos vinculados a los mayores saldos exportables”. (Clarín, Buenos Aires, 17/09/2024)
Leve suba del dólar blue hoy, tras la presentación del Presupuesto 2025
o.- El anuncio del proyecto de Ley de Presupuesto para el 2025, que prevé que continúe el ritmo de devaluación del 2% mensual del dólar oficial, provocó una menor demanda en dólares en el segmento financiero, los cuales terminaron con un retroceso promedio del 0,75 por ciento.
El dólar blue operó este lunes a $1.255 para la compra y a $1.275 para la venta en las casas de cambio informales de la City porteña. Apenas $10 más que el viernes.
La brecha entre el dólar blue y el dólar oficial de la pizarra del Banco Nación es del 27%, mientras que con el dólar mayorista del 32,22%.
Desde que Javier Milei asumió la Presidencia el 10 de diciembre, el dólar blue aumentó $ 275.
El dólar MEP opera este lunes $ 1.215,72. Cayó 0,9% en el día, mientras que en lo que va del año, acumula un aumento del 22,2%.
En tanto, el dólar MEP Lede, el que se obtiene no con bonos, sino a través de la adquisición de Letras de Descuento del Tesoro en pesos (Ledes) para luego de 24 horas venderlas en su especie D (en dólares), se consigue hoy a $ 1.209,60, un 2,5% menos que el viernes.
Mientras que el MEP Senebi, que se compra en la “rueda paralela” donde los grandes agentes de bolsa pactan como compradores o vendedores un precio para la transacción, independientemente de lo que marque la pantalla del mercado, cotiza este lunes a $ 1.208,96 y sube 0,5% en el día.
Con escasas operaciones, el dólar Contado con Liquidación (CCL) se consiguió hoy a $ 1.240,97, 1% menos que el viernes. En lo que va del año acumula un incremento del 27,5%.
El dólar oficial cotiza este lunes en la pizarra del Banco Nación (bna.com.ar) a $ 942 para la compra y a $ 982 para la venta. El promedio que hace el BCRA, en tanto, es de $ 936,07 para la compra y $ 999,97 para la venta.
El valor del dólar tarjeta es de $ 1.571,2.
El dólar mayorista opera hoy a $ 961 por unidad, y baja $1,50 respecto del cierre del viernes. Desde que arrancó el 2024, aumentó 18,9%.
Reservas Banco Central
En este marco, el Banco Central compró u$s 11 M en el mercado Único y Libre de Cambios, pero perdió reservas por u$s 478 M por el pago de importaciones.
El diputado de La Libertad Avanza (LLA) José Luis Espert afirmó que el ritmo de devaluación mensual del 2% “sigue hasta fin del año que viene”, y que en el caso del cepo, “la idea es ir reduciéndolo, eliminando trabas de manera gradual como se está haciendo”.
En declaraciones a Radio Rivadavia, el legislador destacó que desde el Gobierno, están “viendo que la cantidad de reservas del Banco Central siempre sea una que impida algún salto del dólar, que desestabilice” las variables macroeconómicas. (BAE, Buenos Aires, 17/09/2024)
Presupuesto 2025: las diferencias de números entre el Gobierno y el mercado y la “omisión clave” del proyecto
o.- (Florencia Baragan) La inflación que estiman las principales consultoras del país es para el 2025 más del doble de la que proyecta el Gobierno. El futuro del cepo, una “omisión” clave en el proyecto, que marcará el devenir de las variables.
Las proyecciones planteadas por el Gobierno en el Presupuesto 2025 presentado al Congreso tienen fuertes diferencias con las estimadas por el mercado.
Para el 2025, el presidente Javier Milei espera una inflación del 18,3%, un crecimiento del PBI del 5% y un dólar a $ 1207 para diciembre.
Del otro lado, en el relevamiento de expectativas del mercado (REM) que publica el Banco Central, las principales consultoras estiman para el 2025 una inflación del 38,3%, una mejora de la actividad de +3,5% del PBI y un dólar a $ 1517 para diciembre del 2025.
En diálogo con El Cronista, Matías Surt, economista jefe de Invecq, analizó que la diferencia entre las estimaciones del Gobierno y las del mercado tiene que ver con la hipótesis de cómo se resuelven los controles de cambios y la brecha: “El presupuesto está hecho en base a lo que podríamos llamar la hipótesis de convergencia del Gobierno, que supone que los tipos de cambios financieros van a continuar bajando y van a converger de arriba hacia abajo, sin que ocurra un salto devaluatorio del tipo de cambio oficial o comercial. Esa dinámica te lleva a ir bajando la nominalidad de toda la economía con el paso de los meses”.
Si bien consideró que las estimaciones se condicen con un crawling peg que iría bajando de un 2% hasta un 1%, lo cual reduciría toda la nominalidad, también destacó que la baja de la inflación es un desafío, teniendo en cuenta que hace 4 meses no rompe el piso del 4%, y para cerrar en 18,3% en 2025, tiene que bajar a un promedio del 1,4%.
Por otro lado, Surt afirmó que las proyecciones del REM están más alineadas con otro desenlace del esquema cambiario, que es que tiene que haber algún grado de corrección cambiaria, de abajo hacia arriba. Es decir, que el tipo de cambio comercial tiene que ir a cerrar la brecha con los financieros en algún nivel más alto que el de ahora. “Ese salto va a implicar una mayor nominalidad que te deja con inflación más alta”, agregó Surt.
Un adjetivo que usan muchos analistas para describir el Presupuesto 2025 es el de “optimista”. En esa línea opinó Gabriel Caamaño, de la consultora Outlier: “Los supuestos macroeconómicos son bien optimistas y en algunos casos, como la proyección de inflación 2024, ya rozan lo irrealmente optimista”.
Sin embargo, consideró que la clave de todas las variables se regirá por el superávit fiscal. “Lo que apuntan a cumplir es el equilibrio fiscal y el resto se va a acomodar a eso”. En ese sentido, con respecto a los números fiscales, Caamaño consideró que una muy buena cosecha en valor y precios, con Ganancias, seguridad social y combustibles podría compensar la salida del impuesto PAIS.
Por fuera de todos los datos del presupuesto, Caamaño afirmó que otro punto a mirar es justamente lo que no está: “Las omisiones también son indicativas. Al cepo o la unificación cambiaria no hay mención alguna”.
En cuanto a qué escenario debería darse en materia de cepo para que se cumplan las variables que plantea Milei, Caamaño detalló: “El 2024 se condice con un escenario con cepo. Para hablar de un escenario así en 2025 debería haber una unificación con poca suba de la tasa de interés, y con un ajuste mínimo del tipo de cambio nominal, seguida de flotación bastante sucia, eso con el nivel de reservas actual no parece posible”.
Dudas sobre el dólar
Las proyecciones sobre el dólar despiertan dudas entre los analistas. El economista Iván Carrino afirmó: “Se plantea que el dólar estará en $ 1207 a fin de 2025. Hoy en día, en el mercado paralelo ya está incluso por encima de eso. Se presupone, entonces, que el ‘blue’ estará quieto por 15 meses, en un contexto de alta inflación… Difícil, como mínimo”.
Para que este escenario se cumpla, Carrino afirmó: “Dada la relación observada entre tipo de cambio real y Riesgo País, la proyección puede parecer difícil, pero no es imposible si durante todo el 2025 el Riesgo País baja de forma sostenida”.
Otra de las incógnitas sobre el dólar se refiere al llamado “dólar blend”, que es el dólar más alto que tienen los exportadores por liquidar una parte en el mercado financiero. En el presupuesto no hay ninguna mención al tema, aunque desde el sector agroexportador aseguran que les prometieron postergarlo.
El impacto macro de esta continuidad no es menor. Para el analista económico Amílcar Collante, si se mantuviera el dólar blend, el saldo comercial no sería de u$s 20.748M que plantea el presupuesto, sino que existiría un déficit comercial de u$s 58M. Para el REM, el saldo comercial del 2025 será favorable, pero en menor cuantía: se estima en u$s 15.709M.
Finalmente, otra de las incógnitas entre el Gobierno y el mercado es en cuanto al crecimiento del PBI. Para Martín Kalos, de Epica Consultores, la clave para que pueda cumplirse tiene que ver con las inversiones: “De acuerdo al Proyecto de Presupuesto 2025, se prevé una mejora sustancial en los niveles de inversión privada en los próximos años; si se cumplieran estas previsiones, la inversión retornaría a sus niveles máximos históricos en relación al PBI”.
Sin embargo, Kalos destacó que el RIGI es la única política productiva enfatizada y desarrollada por el actual Gobierno, por lo cual es lógica su expectativa de que sea el motor del crecimiento en los próximos años. (El Cronista, Buenos Aires, 16/09/2024)
Equilibrio fiscal: la regla de oro que no debe ser soslayada
o.- Editorial. Es de esperar que la voluntad del Presidente sea acompañada esta vez por una dirigencia habitualmente renuente a privilegiar la lucha contra el déficit
Al margen de algunas provocaciones y chicanas innecesarias dirigidas a los legisladores de la oposición, el mensaje con el que Javier Milei presentó el proyecto de ley de presupuesto para 2025 en el Congreso debe ser valorado por la férrea voluntad presidencial de mantener el equilibrio fiscal y reducir el intervencionismo estatal en la economía.
El discurso del presidente de la Nación aportó una novedad metodológica frente a aquello a lo cual los argentinos parecíamos acostumbrados. Al considerar que el “huevo de la serpiente” no es otro que el déficit fiscal y que la madre de ese flagelo es la compulsión de los políticos por el gasto público, Milei anunció que la piedra basal de nuestra ley de leyes será el “déficit cero”, al que calificó de innegociable en cualquier circunstancia económica.
Según la regla explicitada por el primer mandatario, se define la proyección de ingresos y, a partir de allí, se calculan las partidas de gasto que tienen ajustes automáticos, tales como las jubilaciones, y se determina el margen fiscal para el gasto discrecional remanente, que se asigna a distintas partidas presupuestarias en función de las prioridades de políticas públicas establecidas. En caso de que el escenario macroeconómico se desvíe de la proyección presentada, se ajustará el gasto discrecional para garantizar el equilibrio financiero o se incrementará el ahorro fiscal. Y si, por el contrario, el crecimiento del nivel de actividad generara una recaudación superior a la estimada, el excedente de esos recursos se destinará a la baja de impuestos.
Tal como lo ha señalado en otras oportunidades, el primer mandatario se propone dejar de recurrir al endeudamiento del Estado o a la emisión monetaria para financiar los desequilibrios de las cuentas públicas, metodologías que solo pueden llevar al exterminio de las generaciones futuras por la vía del crecimiento de una deuda impagable o de una inflación crónica que siempre termina perjudicando en mayor medida a los sectores más desprotegidos de la población. “No hay nada más empobrecedor para los argentinos que el déficit fiscal y nada que enriquezca más a los políticos que el déficit fiscal”, puntualizó Milei.
Su propuesta de “blindar el equilibrio fiscal sin importar el escenario económico” se complementó con su promesa de vetar todos los proyectos de ley que atenten contra aquel equilibrio. En tal sentido, subrayó que toda ley que autorice gastos no previstos en el presupuesto general deberá especificar de dónde saldrán los recursos para su financiamiento. Señaló que ese principio puede parecer “un sacrilegio” en el Congreso de la Nación; sin embargo, el Presidente no hizo más que aludir al tristemente olvidado artículo 38 de la ley de administración financiera, hoy vigente.
El jefe del Estado realizó también una defensa de sus primeros nueve meses de labor gubernamental y, en un tiro por elevación a quienes le cuestionan “falta de gestión”, sostuvo que gestionar no es designar funcionarios en áreas del sector público que no deben existir y no es administrar el Estado, sino achicar el Estado para engrandecer a la sociedad.
Entre otras cosas, afirmó que gestionar es haber evitado la hiperinflación, reducir el gasto público, echar a 31.000 “ñoquis”, eliminar intermediarios que lucraban con la pobreza, poner fin a los piquetes, remover las infinitas regulaciones y recuperar la confianza del sector privado.
hecho de que Milei no expusiera en su mensaje de 43 minutos los números de las estimaciones macroeconómicas para el año próximo puede dar cuenta de que su objetivo central pasa, efectivamente, por alcanzar el equilibrio fiscal a cualquier precio. No obstante, las cifras aparecieron en el texto del proyecto de ley que se conoció poco después: se prevé un crecimiento económico del 5% del PBI para 2025, junto a una inflación interanual del 18,3% y un dólar equivalente a 1207 pesos a fines de ese año, además de un resultado de superávit fiscal primario del 1,3%.
Seguramente eran imprescindibles mayores definiciones en los planos monetario y cambiario para despejar de tantas incertidumbres el camino, al igual que precisiones sobre el fin del prolongado cepo que coarta el crecimiento de las inversiones y el desarrollo de la economía.
La credibilidad y el pago de la deuda pública requieren la acumulación de reservas, y la continuidad del cepo cambiario limita esa posibilidad. En un contexto de lucha permanente contra el déficit y de fuerte contracción monetaria, junto a la puesta en marcha de reformas estructurales que recreen la confianza inversora, no debería temerse la eliminación de las actuales restricciones cambiarias, cualquiera sea la brecha remanente. Cuanto antes se pueda salir del cepo, tanto mejor.
Desde 2014 el Poder Ejecutivo no presentaba un proyecto de presupuesto equilibrado y desde 2010 no se alcanza un resultado anual superavitario. Es de esperar que la voluntad manifestada por el Presidente sea acompañada por una dirigencia política que tradicionalmente ha relegado la idea de la disciplina fiscal a expensas de las políticas populistas. (La Nación, Buenos Aires, 17/09/2024)