Mario Capello: “Hay que aplicar regalías móviles y cambiar la Ley de Glaciares para que la inversión minera sea posible”
o.- (Víctor García) Mario Capello sostiene que el modelo actual de regalías mineras en Argentina es obsoleto y desincentiva la inversión. Propone, en cambio, adoptar un esquema móvil y progresivo, como ya lo aplican países vecinos con éxito, entre ellos Chile y Perú.
“Lo venimos impulsando desde siempre y hay un proyecto en esa dirección que presentó el diputado nacional Ricardo López Murphy. Es copiar a Chile y a Perú. Tener regalías ad valorem, que son un porcentaje del precio de venta, frena la inversión”, explicó Capello.
El ingeniero destacó que no existen dos proyectos de cobre con el mismo costo operativo, y por lo tanto aplicar una regalía fija es injusto y contraproducente:
“Si cobrás lo mismo al que tiene un costo alto que al que tiene un costo bajo, terminás matando proyectos. Chile y Perú lo entendieron hace años: pasaron a un sistema donde, mientras más gana la empresa, más regalías paga. Si la renta es baja, paga menos. Es simple sentido común”.
El modelo chileno, implementado en 2013, reemplazó las regalías fijas por un sistema progresivo vinculado al precio internacional de los metales. Para Capello, esa experiencia debe servir de ejemplo para Argentina, donde los costos operativos son altos y la estabilidad macroeconómica escasa.
El impacto en las provincias productoras
Desde la perspectiva del Grupo Sarmiento, la adopción de un esquema de retenciones móviles no solo mejoraría la competitividad del país, sino que también fortalecería la economía de las provincias mineras, como San Juan.
Capello remarcó que la cadena minera tiene un alto efecto multiplicador sobre el empleo y el desarrollo local:
“El 80% o más de lo que exportás cuesta hacerlo. En esa cadena está el beneficio: en los proveedores, en los salarios, en la infraestructura, en la agricultura, la ganadería y el turismo. Cuando la inversión minera llega, da vuelta a una provincia. Lo vimos con Veladero, y con el cobre será mucho más grande”.
Sin embargo, advirtió que la carga impositiva provincial, como el impuesto a los Ingresos Brutos, distorsiona el costo final de los proveedores y acorta la vida útil de los yacimientos.
“Si aumentás artificialmente los costos con impuestos como Ingresos Brutos, subís la ley de corte y terminás dejando recursos sin explotar. Es matemática pura: menos mineral, menos trabajo, menos desarrollo”.
Capello insistió en que la discusión debe centrarse en la eficiencia del esquema fiscal y no en discursos ideológicos, y cuestionó duramente la falta de conocimiento técnico en la dirigencia política.
“Estamos en manos de analfabetos que creen que el conocimiento está en los votos. No saben lo que están manejando. Las provincias no adoptan regalías móviles porque no entienden el concepto. Y mientras tanto, seguimos perdiendo oportunidades. Si preguntaran ya se los habríamos explicado”.
La Ley de Glaciares, una norma sin sustento técnico
El segundo eje del planteo de Mario Capello apunta a la necesidad urgente de modificar la Ley de Glaciares (26.639), sancionada en 2010 y nunca reglamentada en su totalidad.
“Fue un error político y técnico. Es una ley que no existe en ningún otro lugar del mundo. Se aprobó sin escuchar a los científicos, bajo el mandato de ONG extranjeras. Y con eso frenaron proyectos mineros en toda la cordillera, consolidando la pobreza en lugar de combatirla”, señaló el ex funcionario.
Según Capello, el problema central está en la prohibición de actividades mineras en ambientes periglaciales, basada en un concepto erróneo sobre la “significancia hídrica” del permafrost.
“Dijeron que el permafrost —suelos congelados— tiene importancia hídrica. Pero ¿cuánta agua puede dar un suelo congelado? Los glaciólogos Pablo Wainstein y Matthias Jakob demostraron que, en un área de 400 hectáreas de ambientes periglaciales, la contribución hídrica fue del 0,0001%. No tiene significancia hídrica. Esa prohibición no tiene sustento científico”.
Un camino técnico para destrabar el desarrollo
El ingeniero explicó que la falta de reglamentación del Artículo 1° de la ley, que define la significancia hídrica, impide distinguir entre áreas con valor ambiental real y zonas donde se podría operar sin impacto.
“Corresponde parametrizar la significancia hídrica en la reglamentación. Proponemos establecer que solo se consideren estratégicos los sistemas —lluvia, nieve, glaciares descubiertos y permafrost— que aporten al menos un litro por segundo a la cuenca hidrográfica. Si se cumple ese parámetro, se protege lo esencial y se permite el desarrollo minero responsable”, argumentó Capello.
Recordó que en 2012, durante un debate en el Senado con la participación de los glaciólogos Wainstein y Jakob, ningún legislador nacional asistió a escuchar las exposiciones científicas.
“El resultado fue consolidar una ley imposible de aplicar. Nadie quiso revisar lo que habían aprobado. Así seguimos, con una norma sin reglamentar que bloquea el desarrollo”.
“Hay que dejar de copiar consignas y empezar a usar sentido común”
Desde el Grupo Sarmiento, Capello promueve un enfoque técnico y realista para atraer inversiones, generar empleo y aprovechar el potencial del cobre argentino.
“Hablar de reservas y potencial es fácil. Lo difícil es crear las condiciones para que lleguen las inversiones. Si queremos que el cobre transforme a las provincias, hay que aplicar regalías móviles, revisar la Ley de Glaciares y avanzar con los RIGI provinciales. Eso es lo que hace inteligente a un país: aprender de lo que funciona”. (El Zonda San Juan)
