El ACERO y la SIDERURGIA en América latina
(ALACERO y la competencia con China-Reclamos argentinos)
Las siderúrgicas de toda la región, contra las cuerdas
o.- Cartagena- Colombia. (Silvia Naishtat) Fundada en 1533 por Pedro de Heredia, aquel enviado de los reyes Católicos de España, a Cartagena se la conoce también como la amurallada y la heroica. Y algo de murallas y heroísmo parecen necesitar los industriales del acero de América Latina reunidos aquí y que sienten en carne propia el ingreso de la súper producción de China a precio de dumping, al punto que a nivel regional casi todas las plantas están con una alta capacidad ociosa.
Por cierto, el centro histórico de esta ciudad de postal, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco y en el que eligió vivir algunos años Gabriel García Márquez conserva la arquitectura colonial, fue el lugar elegido por 600 líderes de la industria, representantes de gobiernos y expertos internacionales. Buscan una estrategia común para enfrentar los “desafíos que impactan a la cadena de valor del acero en la región”. Insisten con el peligro de la desindustrialización.
“Estamos peleando empresas contra países, es una lucha desigual” señalan a coro ante la falta de una estrategia común de los gobiernos como la que lleva a cabo Europa que aplicó barreras a los productos chinos. Jorge Olivera, presidente de la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO), soltó: “Queremos competir de manera justa, debe haber una propuesta regional, no hay país fuerte sin industria fuerte, la Unión Europea les aplicó aranceles. Nacida en 1959, Alacero está integrada por más de 60 empresas productoras que ocupa 1,4 millones de trabajadores, cuya producción es de 52 millones de toneladas anuales. “La industria del acero en América Latina atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. En los últimos 15 años, las exportaciones de acero terminado y semi-elaborado desde China hacia la región crecieron 233%, al pasar de 4 millones de toneladas en 2010 a 14,1 millones en 2024. Esta avalancha de producto subsidiado y con precios artificialmente bajos ha desplazado la producción local, debilitando cadenas de valor industriales, lo que pone en riesgo 1,4 millones de empleos directos e indirectos”, señalaron.
En agosto de este año, el acero importado representó el 40,8% del consumo de laminados de la región. “Lo que está en juego no es solo la competitividad de nuestras empresas, sino el futuro industrial de América latina”, afirmó Ezequiel Tavernelli, director ejecutivo de Alacero. (Clarín, Buenos Aires, 12/11/2025)
Cepo, China y reformas estructurales, el reclamo de la siderurgia argentina
o.- Cartagena. (Esteban Lafuente) Martín Berardi, de Ternium Argentina, y Federico Amos, de ArcelorMittal Acindar, dieron su punto de vista
Empresarios de la industria siderúrgica oscilan en su mirada. Hablan del vaso medio lleno cuando analizan las medidas de estabilización macroeconómica impulsadas por el gobierno de Javier Milei -con una caída en la inflación, la eliminación de la brecha cambiaria y una mayor apertura del cepo- pero, al mismo tiempo, ven el vaso medio vacío por una serie de factores internos, como el freno en la obra pública y la caída en la construcción y el consumo, que afectan las ventas del sector, o la falta de competitividad asociada al “costo argentino”, en el que impactan cuestiones impositivas, regulatorias y de infraestructura.
En ese contexto, las empresas del sector ponderan el resultado de las últimas elecciones y piden al Gobierno que avance en la discusión en el Congreso para concretar las reformas laboral y tributaria, dos factores que consideran claves para mejorar la productividad sistémica de la economía argentina. Mientras tanto, coexisten los elogios por la “mayor apertura” con los reclamos para que se “nivele la cancha” y se atienda al avance chino, que tanto con su producción primaria de acero como con bienes finales (desde envases y automóviles hasta línea blanca) amenaza con ganar terreno en el mercado regional.
La producción local de acero se encamina a cerrar el año con un crecimiento del 2,9%. Se trata de una variación modesta, inferior a la estimada para el PBI (4,5%), y que se da luego de un desplome del 9,5% en la industria en 2024. Son datos de Alacero, la entidad que nuclea a las cámaras regionales del sector, que también describen un crecimiento del 6,5% en la fabricación de aceros laminados (aunque el nivel está un 23% debajo de 2023) y del 10,8% en aceros largos (este segmento muestra una caída del 34% frente a 2023), este último más comprometido por el menor dinamismo en el sector de la construcción tras el freno en la obra pública y el estancamiento en las obras privadas por el alza de costos.
“Ya probamos que con una economía cerrada no funciona. Tenemos que ir a un esquema más abierto y la discusión es cómo la Argentina se abre en este contexto”, planteó Martín Berardi, CEO de Ternium Argentina, al identificar la amenaza que el avance chino supone para la producción local y las consecuencias de la reacción arancelaria de Estados Unidos o la Unión Europea podría tener sobre la economía global.
Ganar competitividad
En ese contexto, Berardi advierte que esa economía “más abierta te obliga a ganar competitividad”, en una agenda que incluye factores internos (“Tenés que aplicar la motosierra en todos los gastos superfluos, ganar eficiencia, invertir en tecnología y automatización”) como por elementos que involucran al Estado.
El primer reclamo común en la industria es el de los impuestos distorsivos. “Tenemos tres impuestos que no tiene nadie: Ingresos Brutos, cheque y tasas municipales, que se agregan en cada etapa de valor. Eso hace que tengamos una carga impositiva mayor que cualquier otro competidor de América Latina. Imaginate contra China, que tiene subsidios de todo tipo”, planteó Berardi, quien también instó al Gobierno a avanzar en la reforma laboral: “Eso hace que las pymes tomen más empleo formal. Los juicios, por ejemplo, hoy son un problema”.
Para Fe de rico Amos, CE O de Arce lorMitt al Acindar, el proceso de estabilización económica que avanzó desde tras el cambio de gobierno, y sus consecuencias sobre la actividad, eran esperables. “Este año va a haber un rebote, pero seguimos por debajo de 2023 y del promedio histórico”, dice el ejecutivo cuya firma, especializada en aceros largos, sintió el efecto de la baja en la construcción y el corte en la obra pública. Ese, insiste Amos, es un factor pendiente para el futuro. (La Nación, Buenos Aires, 12/11/2025)
En la región piden medidas contra el gigante asiático
o.- Cartagena (Esteban Lafuente) El sector afirma que, en muchos aspectos, China no opera en un sistema capitalista.
El sector siderúrgico en América Latina enfrenta desafíos internos y externos. En un escenario de menor crecimiento económico y debilidad de la demanda interna, con cada país con sus particularidades, impacta la competencia de China, que concentra el 56% de la producción de acero global y avanza sobre el resto de los mercados globales. Esa competencia, que muchos no dudan en calificar como “desleal” por sus políticas de precios, regulatorias y ambientales, es el centro de la agenda del debate en Alacero Summit, la principal cumbre del sector.
“El mundo ya se despertó sobre la actividad de China”, alertó el brasileño Everton Guimaraes Negresiolo, CEO para América Latina en la unidad de aceros largos en ArcelorMittal, compañía que controla Acindar, al analizar la reacción a los aranceles de Donald Trump en Estados Unidos o la iniciativa de la Unión Europea, que apunta a duplicar los aranceles de importación para el acero chino al continente (los llevarían del 25% al 50%).
“Mientras Europa y Estados Unidos tienden a elevar las barreras, en Latinoamérica seguimos siendo una región abierta a los productos de afuera”, dijo el ejecutivo, que trabajó durante años en la operación argentina de la empresa. “La industria del acero es capital-intensiva. Y se necesita una tasa de uso mínima del 80%. Por debajo de eso, es un problema”, alertó Negresiolo, quien advirtió que en Brasil la industria opera a un promedio del 65% de su capacidad instalada.
“La producción china tiene calidad. Son buenos. Ellos invirtieron, tienen máquinas, pero no operan en un sistema capitalista desde el punto de vista de la financiación y otros rubros como trabajamos nosotros”, se quejó Negresiolo, en referencia al esquema de negocios de las firmas chinas, donde tiene injerencia el Estado y son recurrentes los reclamos por precios de dumping en la exportación. También, se reiteran los reclamos por el impacto ambiental de esta producción, que según los industriales locales no cumple con estándares de descarbonización.
En conjunto, el sector genera 1,4 millones de puestos de trabajo en América Latina, pero la actividad enfrenta presiones internas y externas. En el frente regional, el menor crecimiento económico debilita a la demanda interna. En el frente global, en el sector apuntan al ‘sobre-stock’ de acero y el rol de China. Tras la guerra de aranceles impulsada por Trump, el gigante asiático quedó con producción disponible que no encuentra mercado y busca comercializar a precios más bajos. Se estima, según el sector, que a fin de 2027, de continuar la proyección actual, habrá una capacidad ociosa en la industria global de 721 millones de toneladas de acero, que condicionan los flujos globales.
Según Martín Rapallini, titular de la UIA, los movimientos de China impactan a todos los sectores industriales. “Hay que poner la lupa a cómo se comporta a nivel global, porque entendemos que hay competencia desleal en casi todas las ramas de la industria, desde el acero a otros sectores, desde los plásticos hasta las peras”, apunta el ejecutivo, quien instó a la región a emplear herramientas para “frenar ese avance” con medidas antidumping o la revisión de reglamentos técnicos.
Los números muestran que China es el país que más recursos destina a la política industrial, un conjunto de iniciativas que van desde gasto público, subsidios, exenciones fiscales y otro tipo de instrumentos. Así lo mostró un informe elaborado el año pasado por el centro de estudios Fundar, que estimó que el gigante asiático destinó un 1,73% de su PBI en política industrial.
El país latinoamericano en este listado es Brasil, que según Fundar destina el 0,33% de su PBI a política industrial. En otras palabras, es la quinta parte, en términos relativos, de lo que concreta China, más allá de las diferencias de tamaño en su economía. (La Nación, Buenos Aires, 12/11/2025)
