BHP evalúa escindir hierro y carbón para enfocarse en minerales clave para la transición energética
o.- BHP Group, el mayor grupo minero del mundo, ha considerado escindir sus divisiones de mineral de hierro y carbón, una decisión que marcaría un giro estratégico hacia una minería más enfocada en la transición energética. Según fuentes de Reuters, esta posible reestructuración responde a su ambición de consolidarse como un actor clave en el suministro de “minerales del futuro”, como el cobre y la potasa.
El plan —aún no ejecutado, pero debatido a nivel ejecutivo en 2024— representa un alejamiento de los negocios tradicionales que han sido el núcleo de BHP durante décadas, especialmente en Australia. Actualmente, el mineral de hierro representa más del 60% de sus ganancias, con operaciones clave en la región de Pilbara, en Australia Occidental. También opera cinco minas de carbón metalúrgico en la cuenca de Bowen, Queensland.
Menos carbono, más futuro
Uno de los motivos de peso detrás de este análisis estratégico es la creciente presión ambiental, social y gubernamental para reducir la huella de carbono. Tanto el hierro como el carbón son materias primas esenciales para la producción de acero, pero también intensivas en emisiones de CO₂. BHP ya había tomado medidas para salir del carbón térmico en años anteriores; ahora plantea dar un paso más al considerar la venta de activos de carbón metalúrgico.
En cambio, el cobre y la potasa emergen como pilares de su nueva visión. El cobre es vital para la electrificación —desde vehículos eléctricos hasta redes de energía—, mientras que la potasa resulta esencial para aumentar la productividad agrícola frente al cambio climático.
¿Qué pasaría con los activos?
De avanzar con la escisión, BHP reduciría drásticamente su huella en Australia. No obstante, sus activos de cobre australianos, como Olympic Dam —uno de los mayores yacimientos del mundo—, seguirían siendo parte integral de su portafolio. También mantendría operaciones clave como Escondida en Chile, donde BHP es el principal operador, y la mina de potasa Jansen en Canadá, cuya expansión requerirá fuertes inversiones en la próxima década.
La idea de crear una nueva empresa cotizada en Australia con estos activos tradicionales no es nueva para BHP. Ya lo hizo en 2015 con la creación de South32, empresa que absorbió activos no estratégicos. La escisión generaría valor para los accionistas australianos, incluidos dividendos y créditos fiscales (“franking credits”), un factor de peso para atraer inversión local.
La minería del futuro necesita de la del presente
A pesar de las discusiones internas y la lógica estratégica detrás de esta transformación, BHP decidió, por el momento, mantener sus divisiones de hierro y carbón. La razón es simple: estos activos aún generan el flujo de efectivo necesario para financiar sus megaproyectos de crecimiento en cobre y potasa.
La minería responsable implica saber cuándo desprenderse de ciertos activos, pero también reconocer el valor que aún pueden aportar a una transición energética ordenada. En este sentido, el rol del hierro y del carbón metalúrgico sigue siendo clave en la infraestructura global, incluida la producción de acero necesario para turbinas eólicas, trenes eléctricos y edificios sostenibles.
La visión de BHP de convertirse en un proveedor esencial de minerales para la descarbonización global es clara. Su consideración de escindir sus divisiones tradicionales demuestra que incluso las mayores mineras del mundo entienden la necesidad de reinventarse. Sin embargo, cualquier transición debe hacerse con responsabilidad financiera, social y ambiental. BHP lo sabe, y por ello sus decisiones están cuidadosamente calibradas entre el presente y el futuro. (Minería en línea)