30° Conferencia Industrial de la UIA
Daniel Funes de Rioja puso reparos a la apertura de importaciones: “Queremos competir, pero en igualdad de condiciones”
o.- El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, advirtió que es necesario “nivelar la cancha” para que el sector pueda competir. Pidió por una Ley y un RIGI PYME.
Defendió este martes al sector y alertó por las consecuencias de la apertura de importaciones del gobierno de Javier Milei. “Queremos y podemos competir, pero en igualdad de condiciones”, afirmó durante el discurso de cierre la 30° Conferencia Industrial de la entidad que encabeza.
El titular de la UIA no se mostró en contra de la apertura de las importaciones pero puso reparos. “El punto es bajo qué condiciones se abrirá la economía. Hay que mirar la experiencia internacional. Hoy tenemos Estados Unidos protegiendo su producción, Europa, Canadá, Brasil y desde el punto de vista de las restricciones tenemos distorsiones fiscales”.
Esta vez el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo no participaron del encuentro de la principal entidad industrial del país. A pesar de su ausencia, Funes de Rioja prefirió no confrontar con el Gobierno. “Hubiéramos querido que vinieran”, aclaró y aseguró que no vaciaron la reunión “porque acá hay 1.100 industriales mirando su futuro, la realidad el contexto para tener diagnóstico”.
Lo reclamos de la UIA al Gobierno fueron sutiles. Aclararon en más de una oportunidad que el sector industrial no busca ser protegido. “Queremos y podemos competir, pero en igualdad de condiciones, donde nuestro costo argentino no haga inviable tal competencia”, pidió Funes de la Rioja.
Tras este reclamo, solicitó que el Congreso trate una ley pyme y un RIGI pyme. Pero admitió que no sucederá en la brevedad: “Todos queremos estar primeros en la lista pero hay otros tiempos”.
En este sentido, retomó una frase del ministro Caputo de la necesidad de “nivelar la cancha” antes de abrir las importaciones. Para ello, Funes de Rioja sostuvo que “es necesario dicho terreno equilibrado que amplíe el horizonte de las cadenas de valor que cruzan industria, agro, servicios, minería y energía y que con la digitalización y las nuevas tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial pueda mejorar la productividad”. (…) (ámbito.com; 26/11/2024)
El Gobierno anunció un “RIGI industrial” y una reforma laboral
o.- (Juan Manuel Barca) El secretario de Desarrollo Productivo, Juan Pazo, dijo en la UIA que envían el proyecto al Congreso. Incluye beneficios impositivos. Lanzan una reforma laboral.
En el marco de las tensiones con el Gobierno por el faltazo del Presidente y el ministro de Economía a la conferencia anual de la UIA, el secretario de Desarrollo Productivo, Juan Pazo, anunció que la semana próxima presentarán un proyecto de ley de promoción de la inversión y el empleo con beneficios similares a los del RIGI y una nueva reforma laboral para reducir los costos de las empresas.
“Venimos de una reunión de trabajo, estamos presentando un proyecto de ley de promoción de inversiones y empleo, tiene seis capítulos, el primero es de inversiones productivas, similar al RIGI, pero no solo para una inversión que supere los u$s 200M, sino que pueda tener capilaridad mayor también para acompañar desarrollo de proveedores”, dijo Pazo ante el aplauso de 1.000 empresarios en el Centro de Convenciones.
Si bien en un principio se esperaba a Milei y Luis Caputo, el Gobierno envió a Pazo, quien asistió acompañado del secretario de Comercio, Pablo Lavigne, el de Pyme, Marcos Ayerra, y el subsecretario de comercio exterior, Esteban Marzorati. En ese marco, anticipó el proyecto que presentarán esta semana en el Congreso, con beneficios de amortización acelerada y devolución acelerada del IVA, pasando de un régimen de 6 a 3 meses, con certeza del grado de ejecución y sin cupo. “Está claro que tiene beneficios para todas las compañías, no solo pymes, sino también grandes empresas, teniendo en cuenta diferentes niveles de inversión según el tipo de empresa”, explicó.
Hay un nivel de ansiedad enorme para un gobierno que agarró un desastre económico”, reprochó Pazo a los industriales.
Después de mantener discusiones con la UIA durante meses por la exclusión de las pyme del RIGI vigente, el proyecto contempla la desgravación de derechos de exportación para las pymes industriales que exportan y un capítulo para el agro con beneficios de desgravación impositiva para el sistema de hacienda y el equipo de riego. El régimen será de 2 años, excepto para el capítulo laboral, que el secretario calificó como “el más importante”.
El apartado, según explicó, comprende todos los puntos que fueron “judicializados” en el DNU 70, con la excepción de las “cuestiones sindicales, como la supresión de la cuota sindical obligatoria. Y aseguró que habrá “cambios drásticos” en el régimen de trabajo a través de la reducción de los costos de los juicios laborales, las indemnizaciones y los aportes patronales, entre otros puntos.
“Nos estamos rompiendo el alma para bajar impuestos y hay creatividad de provincias para crear impuestos adicionales o tasas. Entonces vamos a visitar a las provincias para que adhieran a este proyecto para que acompañen reducción de tributos sobre incrementales”, dijo Pazo durante un panel junto al presidente de la UIA, Daniel Funes, y el titular de la conferencia, Martín Rapallini.
El industrial a cargo del evento pidió más temprano que “respeten” a la industria y negó que buscaran protección del Estado, mientras Funes de Rioja advirtió sobre las dificultades externas para competir. “Hay un nivel de ansiedad enorme con un gobierno que recibió un desastre…cuando eras presidente de Copal, te recibieron con precios cuidados, control de precios, Lavigne se encontró con un régimen soviético de control de precios”, respondió el funcionario.
En ese marco, minimizó el impacto de la eliminación del impuesto PAIS en la industria y sostuvo que más del 80% de las importaciones son insumos y bienes de capital, directamente ligadas a la producción. “Entonces cuando baja impuesto PAIS, se liberan SIRAs, hay acceso al mercado de cambios, se aceleran los plazos de pago de las importaciones, no se beneficia el producto terminado, solo el 11% de lo que ingresa es bien final”, aseguró. (Clarín, Buenos Aires, 27/11/2024)
YPF negocia en Paraguay y Brasil un sistema de gasoductos
o.- (Santiago Spaltro) El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, contó que mantendrá reuniones en los próximos días con dirigentes del sector privado y público de Paraguay y Brasil para buscarle mercado al gas de Vaca Muerta, después de la firma del Memorándum de Entendimiento (MOU) entre la Argentina y Brasil, la semana pasada durante la cumbre de presidentes del G-20.
“Hay que hacer un sistema de gasoductos para llegar a San Pablo”, explicó Marín en la 30° Conferencia Industrial, organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA) en el Centro de Convenciones de Buenos Aires.
Solo la demanda regional potencial en Chile y Brasil implicaría el equivalente a un tercio del Gas Natural Licuado (GNL): 40 millones de m3 por día (MMm3/d) a través de gasoductos y hasta 120 MMm3/d con las barcazas de licuefacción y la planta onshore. “Las obras tendrán que ser financiadas por privados y esos caños deberían estar dedicados exclusivamente a la exportación”, planteó el presidente de YPF.
El directivo petrolero aseguró que el desarrollo de Vaca Muerta permitirá exportaciones de energía por u$s 30.000 M por año a partir de la próxima década, lo que se tendrá que lograr “con todos” los invitados por la UIA: empresarios y trabajadores.
Por otro lado, Marín contó que YPF Luz es el segundo mayor generador de energía eléctrica renovable del país -solo detrás de Genneia-, con unos 700 megavatios (MW) de potencia instalada.
La mención vino al caso porque en el panel de energía y minería también se presentó el español Ramón Fiestas Hummler, director del Consejo Global de Energía Eólica (GWEC, por sus siglas en inglés), quien afirmó que la Argentina tiene que seguir explotando su capacidad de aprovechar el viento para generar electricidad renovable.
“Son unos 3.500 MW que la Argentina puede desarrollar, que crearía un mercado laboral de 8.000 empleos indirectos asociados a estas instalaciones”, dijo. (Clarín, Buenos Aires, 27/11/2024)
Milei y los industriales piensan parecido
o.- (Francisco Olivera) Tan elogioso de los 90 que solía decir en la campaña electoral que Domingo Cavallo había sido “el mejor ministro de Economía de toda la historia argentina”, Javier Milei tiene, sin embargo, una crítica para hacerle a aquel gobierno de Carlos Menem. La ha planteado varias veces, también en la campaña, delante de empresarios: cree que el error de aquella administración fue haber hecho la apertura económica antes de bajar impuestos, y no al revés. Es exactamente lo que pidió la Unión Industrial Argentina (UIA) y que desencadenó el desencuentro con los industriales para la conferencia a la que, pese a haber estado invitado, no fue.
Milei no cambió. Ni él ni su entorno. En realidad, esa es una idea bastante extendida entre economistas que lo acompañaron hasta su llegada al poder. Hace un año, por ejemplo, Darío Epstein, uno de sus asesores de entonces, exponía en un acto por el Día de la Industria e instó a los anfitriones a competir en una economía abierta, pero tampoco quiso espantarlos con el argumento: “Para los que están intranquilos porque creemos en una economía abierta, les digo: en la situación actual, si los mandamos a competir, de 400.000 pymes quedarían la mitad en el camino. No vamos a abrir en una situación de desventaja. Vamos a sacar todas las inconsistencias y, en un par de años, cuando haya menos inflación y tasas razonables, seguridad jurídica y una nueva ley laboral, habrá una apertura importante y ahí van a tener que competir. Algunas empresas y sectores no tendrán la fortaleza, y otros, como la agroindustria, no tendrán ningún inconveniente”.
El Gobierno es consciente de que una economía como la que viene dejará a varios fuera de juego. La inflación siempre disimula inconsistencias: los empresarios se acostumbran a competir no por volumen o por calidad, sino por precios, siempre agregándoles un margen a valores que los consumidores no terminan de registrar.
Un ejecutivo que ocupaba en 2002 el máximo puesto de una fabricante de gaseosas suele decir que aquel año, durante la administración de Eduardo Duhalde, no era tan fácil trasladar la devaluación a los productos, porque los consumidores tenían perfectamente en la cabeza que el valor de un litro era un peso o un dólar, algo que no pasa cuando la inflación se desboca y se pierde la noción de precios.
Cuando vuelve la estabilidad, en cambio, hay que ser mejor que el competidor para ganar. Pero eso se hace más arduo si a las debilidades propias el empresario debe agregarles una alta carga tributaria. “Sacame al Estado de encima y yo compito con Asia”, dijo hace tiempo a un empresario textil.
Habrá que verlo. Pero no es un pensamiento tan lejano al del Gobierno, que tiene pensada una reforma impositiva muy profunda para los próximos meses: la pretensión es bajar el número de impuestos nacionales de la Argentina de los actuales 50 a seis, o incluso a cuatro. Será uno de los ejes de campaña para las elecciones legislativas de 2025, y en la Casa Rosada no descartan anunciar la reforma en la apertura de sesiones ordinarias de 2025. También podría ser antes.
¿Por qué, entonces, tanta confrontación con la UIA? “Caraduras. Siempre lo mismo. Siempre les falta algo para competir. Pero cara de piedra para vendernos cosas caras y de mala calidad durante décadas y décadas de miseria espantosa, les sobra. Váyanse a cagar”, posteó el diputado José Luis Espert la semana pasada, tras leer el comunicado en que los industriales pedían lo mismo que siempre pensó Milei: bajar impuestos para luego abrir la economía.
La discusión será, en todo caso, de magnitud: qué nivel de apertura, cuánta baja de impuestos. Lo demás parece más bien marketing de confrontación.
Milei incorporó ese método que parece calcado de Kirchner. Y que, hay que decirlo, suele ser eficaz: lo más probable es que, si alguna vez se digna a aceptar una invitación de la UIA, lo reciban con aplausos. (La Nación, Buenos Aires, 27/11/2024)