Los subsidios en energía caerán USD 3.000 millones este año por la baja en la importación y la quita de la deuda a las eléctricas

Los subsidios en energía caerán USD 3.000 millones este año por la baja en la importación y la quita de la deuda a las eléctricas

(Agustín Maza) El menor gasto por importaciones de combustible, más allá de los últimos imprevistos, y la decisión de diferir con un bono en dólares la deuda de Cammesa con generadoras permitirán al Gobierno reducir los subsidios a las tarifas de energía en al menos USD 3.000 millones. Así se desprende de una estimación realizada por la consultora Economía y Energía del ex vicepresidente de YPF durante la segunda gestión de Cristina Kirchner, Nicolás Arceo.
El dato está en línea con el objetivo comprometido por el Gobierno ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar de que no contempla la quita de subvenciones que comenzará este mes y cuyos detalles se conocerán en las próximas horas según anticiparon fuentes oficiales a Infobae. El ministro de Economía, Luis Caputo, se mantiene firme en cumplir con esa pauta e incluso retrasó algunos incrementos previstos con la explicación de que estaban “cómodos” en el frente fiscal.
El primer aliciente que señala Economía y Energía que ayudarán con esa meta es la caída en los precios internacionales de GNL con los que Argentina suele cubrir los picos de demanda en el invierno. Allí también jugará un papel central el aumento en la capacidad de transporte de gas que permitió el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. En definitiva, retracción de precios de la energía importada y menores necesidades.
Es cierto que en las últimas semanas se importaron cargamentos de combustibles líquidos y de GNL por al menos USD 500 millones que no estaban previstos. Así se buscó paliar la falta de suministro de gas natural ante la escalada del consumo que generó la última ola de frío que llegó a la Argentina y que terminó con cortes en estaciones de GNC e industrias.
Otro punto que jugará a favor, en menor medida, será el de abonar con un título público en dólares con vencimiento en 2038 (AE 38) la deuda de Cammesa con las generadoras de electricidad y productoras de gas por los períodos de diciembre y enero. Los compromisos con privados que se habían vencido sumaban unos $600.000 millones, cerca de USD 533 millones, por la diferencia entre lo que pagan los usuarios residenciales por sus tarifas y el “costo real” de la energía, gap que se cubre con transferencias del Tesoro.
El trabajo de Arceo resaltó que aún en el caso de que se posterguen aumentos en las tarifas de energía durante el invierno, los subsidios podrían llegar a USD 6.769 millones en 2024, USD 2.914 millones o 30% menos que los USD 9.683 millones del año pasado. En términos del PBI sería una reducción desde el 1,5 puntos a USD 1,1 puntos, una caída de 0,4 puntos del PBI por asistencia a las tarifas.
Si bien es menor a la reducción de 0,5 puntos del PBI comprometida con el FMI, la caída será mayor en base a los cálculos privados y los que manejan en el Palacio de Hacienda. La Secretaría de Energía comenzará esta semana un sistema de transición, oficializado en el Decreto 465/2024, por el cual habrá una quita de subsidios en base al actual esquema de segmentación.
El mayor impacto lo sentirán los usuarios de ingresos medios (N3) y bajos (N2), que explican 7 de cada 10 residenciales, quienes pagan menos del 5% del costo de la electricidad y menos del 30% del gas. La diferencia es la que cubre el Gobierno con transferencias a generadoras y productoras, a través de Cammesa.
En el primer cuatrimestre la Secretaría de Energía que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo avanzó en aumentos de otros ítems de las facturas de luz y de gas, en particular transporte y distribución, con subas que promediaron entre el 300% y el 400% acumulado. Es por eso que los incrementos no se tradujeron en un recorte de las subvenciones.
Energía no especificó todavía cuál será la magnitud de la quita de subsidios y, por ende, tampoco cuál serán los porcentajes en que subirán las tarifas. De todos modos, sí hubo algunas definiciones importantes.
El consumo de los N2 está subsidiado en su totalidad sin importar cuánta luz o gas utilicen. Esperan poner en marcha un sistema de topes de consumo con asistencia estatal, pero mayor al de los N3 y con escalones.
La segmentación que puso en marcha Fernández en 2022 contemplaba que la suba de las tarifas para los N2 no podía superar el 40% del CVS del año anterior y para los N3 el límite era 80% de lo que arrojara la variación del indicador.
Sobre eso, se buscará evitar la superposición de otros subsidios como son la tarifa social, los beneficios por zonas frías, garrafas, entre otros. También habrá nuevos criterios de exclusión que serán más restrictivos que el actual, como la posesión de automóviles, prepagas o compra de dólares.
La aspiración de Chirillo era resolver este frente con la implementación de un nuevo esquema de asignación de subvenciones a partir de la CBE, en donde las subvenciones serían a la diferencia entre un porcentaje determinado que representen las tarifas en el ingreso de un hogar dependiendo la zona geográfica en la que se encuentre.
Primero se iba a aplicar en abril, pasó a mayo, luego a junio y ahora se postergó al menos hasta noviembre. Mientras tanto, se avanzará en este “esquema de transición”. (InfoBae, Buenos Aires)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *