Southern Copper avanza en Tía María: proyecto de $1,800 M ya está al 23%
o.- Southern Copper, una de las principales productoras de cobre en Perú, informó esta semana que su proyecto minero Tía María ha alcanzado un 23% de avance, y ratificó su objetivo de iniciar operaciones en 2027. La información fue divulgada como parte del informe de resultados correspondiente al tercer trimestre de 2025.
El proyecto, situado en la provincia de Islay, región Arequipa, contempla una inversión estimada de u$s 1,800 M. Una vez en funcionamiento, se espera que produzca 120,000 toneladas métricas anuales de cátodos de cobre, lo que lo convertiría en una fuente relevante de exportaciones y contribuciones fiscales para el país andino.
La compañía, controlada por Grupo México, aseguró que sigue trabajando en coordinación con las autoridades peruanas para obtener los permisos y licencias requeridos antes de ejecutar las inversiones de mayor envergadura. “Con el apoyo y asistencia de las autoridades peruanas, la empresa avanza en asegurar las autorizaciones administrativas previas a la inversión”, señaló en su comunicado oficial.
Tía María es uno de los proyectos más controversiales del sector minero peruano. Aunque ha sido técnicamente aprobado desde hace años, su desarrollo se ha visto interrumpido en múltiples ocasiones debido a la oposición de comunidades locales, particularmente del valle del Tambo, donde los sectores agrícolas han expresado reiteradamente su preocupación por los posibles impactos ambientales en las fuentes de agua y la actividad agropecuaria.
Southern Copper ha insistido en que el proyecto no utilizará agua del valle, sino que operará con tecnología de uso de agua de mar desalinizada, trasladada mediante infraestructura propia desde la costa hasta la zona de operaciones. Esta medida busca mitigar los temores sobre el impacto en los recursos hídricos de la región, aunque persisten sectores que mantienen una postura crítica hacia la iniciativa.
A pesar de las tensiones históricas, el avance del 23% reportado sugiere que la compañía ha logrado destrabar parte de los cuellos de botella administrativos y logísticos que impidieron su desarrollo en el pasado. La meta de iniciar producción en 2027 no ha sido modificada, lo que refleja la intención de la empresa de cumplir con su cronograma a pesar de los desafíos sociales y políticos.
El proyecto forma parte de una estrategia de expansión más amplia en Perú. Southern Copper también tiene en marcha una cartera de proyectos en etapas de ingeniería básica y exploración, entre los que destacan Los Chancas, en Apurímac, y Michiquillay, en Cajamarca. Las inversiones asociadas a estos desarrollos superan los 10,300 millones de dólares en el horizonte de la próxima década.
En paralelo, la empresa mantiene operaciones activas en las minas de Toquepala y Cuajone, así como en la refinería de Ilo, todas ubicadas en el sur peruano. En México, opera las minas de Caridad y Buenavista, y está desarrollando los proyectos El Arco y Pilar, en los estados de Baja California y Sonora, respectivamente.
La consolidación de estos proyectos forma parte de una apuesta regional por el cobre, un mineral estratégico para la transición energética global. La creciente demanda por este recurso —clave en la fabricación de baterías, infraestructura eléctrica y vehículos eléctricos— ha impulsado a las grandes productoras a acelerar sus planes de expansión.
Sin embargo, en el caso peruano, el entorno social continúa siendo un factor determinante. El gobierno actual, al igual que los anteriores, ha buscado mantener un equilibrio entre atracción de inversiones y protección de derechos de las comunidades locales. En este sentido, el avance de Tía María representa no solo un hito para la empresa, sino también una prueba de la capacidad del Estado peruano para articular procesos de desarrollo con participación ciudadana y garantías ambientales.
Hasta el momento, no se han reportado incidentes relevantes relacionados con las obras en curso, lo que podría indicar una etapa de mayor estabilidad en comparación con los años anteriores, cuando el proyecto fue suspendido en varias ocasiones debido a movilizaciones sociales.
La producción estimada de Tía María no solo reforzaría la posición de Southern Copper como uno de los principales actores del cobre en América Latina, sino que también tendría implicancias económicas relevantes para la región de Arequipa. Se prevé una generación significativa de empleo directo e indirecto, así como ingresos fiscales por canon y regalías mineras que podrían ser canalizados a infraestructura, salud y educación.
En los próximos meses, la atención estará centrada en el proceso de obtención de los permisos definitivos y en la evolución del clima social en la zona de influencia. La empresa ha reiterado su disposición al diálogo y a la implementación de programas sociales y ambientales que garanticen la sostenibilidad del proyecto.
Con Tía María como punta de lanza, Southern Copper busca consolidar su presencia en uno de los territorios más ricos en cobre del mundo. El éxito o el estancamiento del proyecto dependerá no solo de factores técnicos o financieros, sino del delicado equilibrio entre rentabilidad, responsabilidad social y respeto al entorno. (Minería en línea)
 
				
 
		 
		 
		 
		