Martín Rappallini asumió como nuevo presidente de la UIA
o.- La propuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA) es “trabajar en una normativa que genere igualdad de condiciones para quienes producen en nuestro país”. “La industria argentina es la forma de multiplicar todas las oportunidades que tenemos en agro, minería, servicios y energía. Multiplicar oportunidades es generar cadenas de valor. Para que eso suceda, necesitamos que producir en Argentina vuelva a ser un buen negocio”. Y subrayó el nuevo presidente de la Entidad: “La Argentina es un gran país. Y necesita un sector industrial integrado, eficiente y competitivo que libere todo su potencial.
El Consejo General de la UIA oficializó la lista de unidad y el empresario industrial presidirá la institución por los próximos dos años. La agenda de competitividad, el desarrollo federal y el fortalecimiento de las cadenas de valor serán los principales objetivos de la nueva gestión.
En el marco del Consejo General, la UIA designó a Martín Rappallini como presidente de la entidad para el período 2025-2027. El acto eleccionario contó con la participación de más de 200 consejeros de entidades sectoriales y regionales de todo el país.
Oficializada la elección, Rappallini destacó la unidad de los industriales para alcanzar los objetivos de esta nueva etapa: “venimos a defender y poner en valor a la industria, con responsabilidad y compromiso. Nuestro objetivo fundamental es avanzar en la construcción de propuestas y en la búsqueda activa de consensos”. Y agregó “La industria argentina es la forma de multiplicar todas las oportunidades que tenemos en agro, minería, servicios y energía. Multiplicar oportunidades es generar cadenas de valor. Para que eso suceda, necesitamos que producir en Argentina vuelva a ser un buen negocio”.
Respecto a la agenda de competitividad, Rappallini abordó la mirada integral de la UIA para los próximos años: “Argentina necesita diseñar un nuevo contrato productivo. Un contrato que combine el orden macroeconómico con una visión de desarrollo estratégico. Que deje atrás el péndulo entre proteccionismo extremo y apertura sin reglas. Que reconozca a la industria como un pilar fundamental para la creación de empleo, la generación de divisas y el desarrollo territorial. Por eso, nuestra propuesta es trabajar en una normativa que genere igualdad de condiciones para quienes producen en nuestro país”.
Sobre los pasivos que le quitan competitividad al sector productivo, señaló que “durante demasiado tiempo se cargó sobre la industria nacional un conjunto de distorsiones que fueron asfixiando su capacidad de competir. Alta presión fiscal, inflación crónica, falta de financiamiento productivo, rigideces laborales, costos logísticos elevados, inseguridad jurídica, industria del juicio, regulaciones ineficientes y una estructura macroeconómica inestable son algunos de los pasivos que nos han quitado competitividad. Y, aun así, la industria siguió adelante”.
El nuevo presidente de la UIA indicó también que el mundo está “viviendo un momento histórico para la industria. En el marco de un nuevo orden global, la producción recupera su protagonismo: económico, estratégico y geopolítico”, y agregó que “lo que el mundo ha entendido -y Argentina debe asumir con urgencia- es que la única forma potenciar una industria sólida y dinámica es igualando las reglas de juego entre quienes producen localmente y quienes lo hacen en el exterior.
Previamente a los dichos del nobel presidente de la entidad, Daniel Funes de Rioja cerró su etapa como presidente de la UIA poniendo en valor la continuidad institucional: “este nuevo ciclo es una continuación de la vida institucional de la UIA, con el mismo trabajo, compromiso, excelencia técnica y convicción industrial que hace tantos años forma parte de la identidad de esta gremial empresarial”.
Los vicepresidentes del nuevo Comité Ejecutivo serán:
David Uriburu (Cámara Argentina del Acero), Rodrigo Pérez Graziano (Asociación de Fábricas de Automotores), Modesto Magadán (Unión Industrial de Córdoba), Martín Cabrales (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios), Guillermo Moretti (Federación Industrial de Santa Fe), Luis Tendlarz (Unión Industrial de Catamarca), Isaías Mauricio Drajer (Federación de Industrias Farmoquímicas y de Sanidad Agropecuaria) y Daniel Urcia (Unión Industrial de Córdoba). Eduardo Nougués (Unión Industrial de Jujuy) continuará como Secretario y Silvio Zurzolo (Asociación de Industriales de la Provincia de Corrientes) será el nuevo Tesorero.
En representación del sector minero argentino
Es dable destacar que Franco Mignaco presidente de Minera Exar, en representación de la CAEM (Cámara Argentina de Empresas Mineras) será Vocal en el nuevo Comité Ejecutivo de la UIA.
Acerca de Martín Rappallini
Con una larga trayectoria como industrial y dirigente, Rappallini (56) es uno de los propietarios de Grupo Alberdi, que incluye a Cerámicas Alberdi, y Alberdi Desarrollos -una división especializada en parques industriales-. Inició su desarrollo en 1993 cuando, junto a su hermano, adquirieron Cerámica Alberdi a través de un concurso preventivo y diez años después, lograron transformar una empresa con dificultades financieras y atraso tecnológico en una firma líder en el mercado de pisos y revestimientos.
Es presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA) desde 2018. En la UIA, fue presidente del Departamento PyMI y Desarrollo Territorial de la UIA entre 2018 y 2021, tesorero entre 2021 y 2023, y vicepresidente regional desde 2023 hasta la fecha. (El Pregón Minero, 29/04/2025)
Discurso Final del Presidente de la UIA
“Es un honor inmenso asumir hoy esta responsabilidad frente a ustedes, industriales de todo el país, que día a día trabajan para el progreso de sus fábricas y empresas.
Me gustaría comenzar este discurso, contándoles qué es lo que estamos viendo sobre la situación de la industria.
Estamos viviendo un cambio histórico para la industria. En el marco de un nuevo orden global, la producción recupera su protagonismo económico, estratégico y geopolítico.
Una reconfiguración que está transformando también al capital y su rol a escala internacional. Porque hoy, el capital de un país radica en los saberes, en sus estructuras empresariales, su integración tecnológica y su capacidad de adaptación.
Por eso, el único camino hacia una industria sustentable es el de la mejora de la competitividad a nivel país. Para que las empresas inviertan en tecnología y en la formación de trabajadores, mejoren la productividad y hagan los mejores productos, al menor costo posible, compitiendo con el mercado internacional.
Esta es la discusión que nos atraviesa hoy a nivel global. Estados Unidos, Europa y muchos países de Occidente han tomado conciencia de que no alcanza con diseñar, tener marca o vender: cuando se pierde la producción, se pierde el negocio. Porque es en el proceso productivo donde se concreta el diseño, donde se potencia la mejora continua, donde se desarrolla y aplica la tecnología, donde se genera empleo y, en definitiva, es donde se crea valor.
La industria argentina está integrada a este escenario global que tiene en el centro al sector productivo. Y lo hace con una particularidad ineludible: somos un sector transable, que compite en calidad y precio con productos del resto del mundo. – Y lo repito- somos un sector transable, que compite en calidad y precio con productos de todo el mundo
Su mejor inserción a nivel internacional y el desarrollo dependen de las condiciones que tenga para competir en igualdad de términos. El modelo industrial, tanto presente como futuro, se aleja de las reglas pensadas para una economía cerrada. Lo que el mundo ha entendido —y Argentina debe asumir con urgencia— es que la única forma de potenciar una industria sólida y dinámica es igualando las reglas de juego entre quienes producen localmente y quienes lo hacen en el exterior.
En la Argentina, sin embargo, el camino ha sido inverso: durante demasiado tiempo se cargó sobre la industria nacional un conjunto de distorsiones que fueron asfixiando su capacidad de competir y crecer. Alta presión fiscal, inflación crónica, falta de financiamiento productivo, rigideces laborales, costos logísticos elevados, inseguridad jurídica, industria del juicio, regulaciones ineficientes y una estructura macroeconómica inestable son algunos de los pasivos que nos han quitado competitividad. Y, aun así, la industria siguió adelante.
En ese contexto desfavorable, la industria se adaptó, innovó, invirtió y mantuvo el empleo incluso en condiciones adversas. Lo hizo porque existe en nuestro país una vocación industrial profunda, que atraviesa generaciones, familias, regiones y sectores. Es un capital cultural e histórico que otros países no tienen y que más temprano que tarde necesitamos poner en valor.
Tenemos que consolidar el patrimonio productivo para no retroceder en esta carrera global. Defender eso que es valioso para que se multiplique: un sistema industrial con talento, con tecnología, con espíritu exportador y con compromiso local.
La industria argentina es la forma de multiplicar todas las oportunidades que tenemos en agro, minería, servicios y energía. Multiplicar oportunidades es generar cadenas de valor. Para que eso suceda, producir en Argentina debe volver a ser un buen negocio.
Ante esto, ¿qué es lo que proponemos los industriales?
Venimos a defender y poner en valor a la industria, con responsabilidad y compromiso. Nuestro objetivo fundamental es avanzar en la construcción de propuestas y en la búsqueda activa de consensos. Necesitamos que los distintos poderes del Estado, todos los espacios políticos, el sector empresario y el sector de los trabajadores, con toda la dirigencia nacional, trabajemos juntos para construir un sistema industrial competitivo, viable, sostenible e integrado al mundo
Los industriales entendemos y acompañamos el proceso de baja de la inflación, de ordenamiento macroeconómico y de reducción del gasto público. Sabemos que se está construyendo un nuevo escenario para la Argentina, y somos parte activa de esta etapa. Pero también sabemos que se debe transitar este camino con responsabilidad y con equilibrio. Si en ese proceso se establecen mejores condiciones para el ingreso de importaciones, se deben también mejorar las condiciones en las que producimos.
La industria argentina es productiva puertas adentro, pero esa productividad la drenan los pasivos de la competitividad que mencioné anteriormente. El camino de la competencia debe ser pari passu, para que la integración al mundo se construya en igualdad de condiciones.
Hoy, la Argentina necesita diseñar un nuevo contrato productivo. Un contrato que combine el orden macroeconómico con una visión de desarrollo estratégico. Que deje atrás el péndulo entre proteccionismo extremo y apertura sin reglas. Que reconozca a la industria como un pilar fundamental para la creación de empleo, la generación de divisas y el desarrollo territorial. Por eso, nuestra propuesta es trabajar en una normativa que genere igualdad de condiciones para quienes producen en nuestro país.
El presidente de Estados Unidos dijo hace unos días que su objetivo es que su país sea el más barato del mundo para producir.
Paraguay impulsa su industria a través de su ley de maquila, donde la producción está exenta de impuestos hasta el momento de ingresar al mercado interno, igualando la carga fiscal con los productos importados.
Uruguay promueve zonas francas para reducir al mínimo el costo de producción. Todos entendieron que los sectores transables necesitan condiciones adaptadas a la competencia global.
Este es el nuevo mundo. Y nosotros tenemos que avanzar en propuestas concretas, que aborden los cinco pilares fundamentales del desarrollo productivo: un sistema impositivo que incentive la producción, una legislación laboral moderna, acceso al financiamiento, capacitación técnica orientada al trabajo, tecnología aplicada al saber productivo e infraestructura que reduzca costos logísticos. No estamos inventando nada: simplemente estamos tomando nota de lo que funciona en los países que lograron poner a su industria a la altura de las circunstancias.
Que el consumidor acceda a mejores productos, no se logra fomentando la importación. Se alcanza, otorgándole al sector productivo competitividad: las condiciones para producir más, mejor y con el costo más bajo posible. Nuestro sector productivo necesita tiempo y herramientas frente al nuevo orden productivo global. Porque sólo así vamos a lograr que más empresas puedan competir, crecer y exportar
Desde la gremial empresaria tenemos la responsabilidad de ser la voz de quienes todos los días generan valor, invierten, arriesgan, capacitan, exportan y desarrollan comunidades enteras a través de la producción.
En tiempos de incertidumbre, somos parte de la brújula que orienta hacia el desarrollo. Y en tiempos de oportunidad, tenemos que estar a la altura para sostener, acompañar y acelerar los cambios que el país necesita.
Porque todo país desarrollado, o que aspire a serlo, necesita una dirigencia empresaria sólida, moderna, comprometida y con visión de largo plazo.
Reivindicar a la industria argentina también es reivindicar a su dirigencia, que desde cada cámara, cada región, cada cadena de valor, sostiene con convicción una idea simple pero poderosa: que producir en Argentina vale la pena, y que con reglas claras y sentido estratégico, podemos ser parte de un futuro mejor para todos.
También queremos una UIA moderna, que potencie a sus jóvenes y a sus mujeres industriales. Que entienda que el futuro se construye con diversidad de voces, con nuevos liderazgos, con más participación, con más representación real en cada mesa donde se decide el rumbo de la producción argentina.
Una UIA con departamentos técnicos fuertes, activos, dinámicos, que desarrollen análisis y propuestas. Que generen diagnósticos, ideas y políticas públicas que aporten al desarrollo de nuestro país. Una UIA que sea la usina de propuestas productivas más importante de la Argentina.
Queremos una UIA federal. Que represente al empresario de Salta tanto como al de Córdoba, Rosario, el AMBA o la Patagonia. Que entienda las asimetrías, y las transforme en propuestas de desarrollo territorial. Porque la Argentina productiva se construye desde todas sus regiones.
Y trabajaremos -especialmente- por una UIA que defienda a toda la industria: a la empresa pequeña, mediana y grande. Al sector tradicional y al de tecnología avanzada. Con un gran compromiso hacia las pymes industriales argentinas, que son el corazón del entramado productivo nacional y motor clave de la generación de empleo y desarrollo. Trabajaremos con cada eslabón de la cadena industrial, porque no hay eslabón menor en un país que quiere producir.
Este es un gran desafío. Y por eso necesitamos de todos. Convocamos a cada sectorial, a cada territorial, a cada cámara, a cada empresario y empresaria que quiera comprometerse con este proyecto. Este es un trabajo colectivo que necesita mucho más que un presidente o un comité ejecutivo. Tenemos que sumar fuerzas, escucharnos, complementarnos y construir juntos las soluciones que hagan posible una industria sostenible en el tiempo.
La Argentina es un gran país. Y necesita un sector industrial integrado, eficiente y competitivo que libere todo su potencial.
Quiero agradecer profundamente a todos los que confiaron en nosotros para la integración de esta lista, a las entidades sectoriales y regionales que nos están acompañando, y en especial a los miembros de la Unión industrial de la Provincia de Buenos Aires – la institución que tengo el honor de presidir y a mis amigos de Red Parques, por el respaldo permanente que me han brindado durante estos años. Agradezco también a quienes han trabajado junto a nosotros, aportando su compromiso y esfuerzo. A mis colegas industriales y, por supuesto, a mi familia y a mis padres, presentes hoy, que siempre han creído en mí. Gracias a todos los que confían en que podemos liderar esta nueva etapa en la UIA. Este es el compromiso que asumimos con todos ustedes para la Argentina que viene. Muchas gracias. (El Pregón Minero, 29/04/2025)