Llega gas de Bolivia: su precio cuadruplica el de Vaca Muerta

Llega gas de Bolivia: su precio cuadruplica el de Vaca Muerta

o.- La Argentina importará gas para evitar faltantes en el Norte a partir de agosto. Es porque falta la infraestructura de reversión del gasoducto Norte.
La energía más cara es la que no se tiene. El Gobierno pagó un alto costo económico y político por los faltantes de gas en mayo y ahora quiere evitar nuevos inconvenientes. Por eso, firmó hace dos semanas un contrato con Bolivia para asegurarse las importaciones de gas a partir de agosto, durante los 45 días que no estará lista la reversión del Gasoducto Norte.
La única obra pública que sigue en marcha se demoró con el cambio de autoridades antes y después del proceso electoral, y esa tardanza generó un gran problema económico: la Argentina pagará cuatro veces más caro el combustible importado que el local (entre 18 y 21 dólares por millón de BTU desde Bolivia contra u$s 4,50 el de Vaca Muerta). La energía más cara es la que no se tiene, pero el país afrontará un costo económico grande por esta situación.
La producción de gas a nivel nacional tuvo “el mejor mayo de la historia” con 150 Mm3/d, según el consultor Ariel Kogan. Es decir, la Argentina tiene la capacidad de producir más y a bajo costo, pero no lo puede transportar todavía hacia donde se necesita. Los róximos meses, la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) cerró a mediados de junio una adenda al contrato de importación de gas con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para garantizar el abastecimiento del Norte del país a partir del 1 de agosto.
El contrato original, que se extiende hasta el 31 de diciembre de 2026, tuvo varias adendas. La última (octava) se prolongaba hasta el 31 de julio de 2024 y ofrecía a la Argentina combustible en condiciones firmes (no interrumpibles) a u$s 12 por millón de BTU.
Como la obra necesaria para llegar a Córdoba, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, que es la reversión del Gasoducto Norte, no estará lista antes del 15 de septiembre, la Argentina extendió el contrato (novena adenda) con Bolivia para garantizar el abastecimiento de gas.
La producción del país vecino declina rápidamente y el poco gas disponible que tienen va como prioridad a Brasil. Previamente, Enarsa y Petrobras habían acordado una triangulación de ese gas, por lo que Argentina tomaría el combustible de Bolivia mientras Brasil compra GNL -de cuyo costo se hace cargo Enarsa- o usa energía hidroeléctrica.
En este caso, lo destacable y que generó críticas de la oposición y de las empresas en off the record es que el costo de las importaciones (a requerimiento de Enarsa, en función de que haya demanda por hasta 4 Mm3/d), que hoy es de u$s 12 por millón de BTU, se elevará hasta entre u$s 18 y u$s 21 a partir de agosto. Mientras tanto, a las petroleras que producen en Vaca Muerta se les paga u$s 4,50 entre mayo y septiembre.
Fuentes oficiales explican que la diferencia ocurre porque el gas argentino no se puede transportar hasta el Norte por la falta de infraestructura. Además, se elevará el costo de Bolivia porque se quitó la cláusula de “tomar o pagar” (take or pay).
En definitiva, lamentan algunos privados en reserva, se importará trabajo y valor agregado cuatro veces más caro que lo nacional, que será el costo de que no falte energía durante el último mes y medio del invierno, por no haber terminado a tiempo las obras.
Tampoco está bien claro quién será el que afronte ese costo: el Gobierno no se quiere hacer cargo de todos los subsidios. Por ejemplo, busca revender a u$s 5,50 en el mercado local el gas licuado importado a u$s 13, mientras que a las distribuidoras solamente les habilita cobrarle a sus usuarios (traslado a las tarifas u$s 3,30, según notó el ex subsecretario de Hidrocarburos Juan José Carbajales. (Clarín, Buenos Aires, 27/06/2024)

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