Las Bolsas europeas avanzan un 2%, pero la euforia se contiene ante el caos arancelario

Las Bolsas europeas avanzan un 2%, pero la euforia se contiene ante el caos arancelario

o.- España. Las idas y venidas del presidente Trump con los gravámenes tecnológicos hacen mella en la confianza de los inversores. El dólar se mantiene en zona de mínimos
La confusión arancelaria sigue al mando en los mercados mundiales, que tratan de asimilar los bruscos virajes en las decisiones comerciales del presidente Donald Trump. Si un día, la Casa Blanca anuncia una exención en los gravámenes para teléfonos, ordenadores y chips, horas después, cambia la versión de la medida, y asegura que será temporal. Y luego el propio Trump dice que estos productos tendrán un arancel específico que se decidirá en breve. En esencia, el mismo caos que viene imperando desde que el mandatario impuso, y después suspendió temporalmente, su carta de gravámenes a sus socios anotada en un tablón.
Atrapados por la incertidumbre, los inversores no se atreven a hacer apuestas, en una u otra dirección. Y aunque las noticias de la suspensión de aranceles a productos tecnológicos pueden ser positivas para las empresas punteras, en el mercado no se respira euforia. Nadie entiende cómo una compañía con presencia internacional puede decidir sobre inversiones a largo plazo en un contexto de tal inestabilidad, una idea que ha limitado el impulso de los mercados de acciones.
Con todo, las Bolsas europeas registran este lunes subidas de alrededor del 2%. El Dax alemán suma más del 2,5% y el Ibex 35 avanza un 2% y supera los 12.500 puntos.
Los índices europeos se comportan mejor que los estadounidenses, en una tendencia inversora que favorece a Europa frente a las empresas del otro lado del Atlántico. Wall Street, por su parte, apunta a avances de entorno al 1%, después de las garantías de apoyo económico por parte de la Reserva Federal, así como una serie de sólidos resultados bancarios. Eso sí, las acciones de Apple se beneficiarán a corto plazo, después de sufrir una caída del 12% desde que el pasado 2 de abril se anunciaron los aranceles. Por su parte, el índice de volatilidad CBOE, una medida que indica la ansiedad de los inversores, se mantiene en torno a 40, más del doble de su nivel medio histórico.
Asia también se contagia de este buen tono y el Nikkei de Tokio cerró con un alza del 1,27%.
“La marcha atrás posterior al Día de la Liberación [como denominó Trump el día del anuncio de aranceles] ha dado a algunos un suspiro de alivio.
A nosotros no”, señala Bruce Kasman, director de economía del banco de inversión JPMorgan. “Un impuesto universal del 10% sigue siendo un shock muy grande, y el enorme impuesto del 145% a China es prohibitivo”, añade, según recoge Reuters. “No se puede detener el comercio entre las dos economías más grandes del mundo y no esperar daños en todas partes”, zanja este analista. La entidad mantiene su estimación de un 60% la probabilidad de una recesión en Estados Unidos y a nivel mundial.
El miedo a una recesión este mismo año ha hecho mella en el mercado de deuda, especial el de Estados Unidos, hasta ahora considerado el refugio más seguro para los inversores. Las idas y venidas del mandatario, con decisiones contradictorias, ha azuzado la desconfianza de los inversores hasta situarla en niveles que no se veían más que en otras grandes sacudidas de los mercados como la pandemia o la gran crisis financiera. Y la intranquilidad siempre va acompañada de una avalancha de ventas. Si la primera oleada de la brusquedad de Trump atrapó a la Bolsa de lleno, después sería la renta fija y también el dólar. Este lunes, la deuda de EE.UU. se toma un respiro y los precios de los títulos recuperan algo de terreno. La rentabilidad del bono a 10 años, que se mueve a la inversa de los precios, baja 3 puntos básicos y cotiza por debajo del 4,5%.
El dólar se ve arrastrado por la vorágine de huida de activos de Estados Unidos, en una corriente que se ha denominado “vender América”. Es en todo caso un movimiento de alto riesgo porque la bola de nieve puede ir en aumento, y las ventas atraer más ventas: nadie es ajeno a que los mayores costes de financiación pueden salirle caros a la primera economía del mundo. La moneda estadounidense, también considerada un refugio históricamente, se sitúa en mínimos de tres años y cada euro cuesta u$s 1,13. Monedas alternativas como el yen japonés y el franco suizo son en estos tiempos de vaivenes comerciales una opción favorita para los operadores. Los aranceles “se han manejado de forma desordenada, con mano dura y con peso, y esas medidas han generado mucha incertidumbre”, aseguran los analistas de IG a Reuters. “Los nubarrones siguen dando vueltas, no se han disipado”, apunta.
En las materias primas, el barril de Brent está estable, algo por debajo de los u$s 65. (Cinco Días, Buenos Aires, 14/04/2025-04:04 ART)

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