Eramet queda fuera del portafolio noruego por riesgos éticos en mina de níquel

Eramet queda fuera del portafolio noruego por riesgos éticos en mina de níquel

o.- En una decisión que ha generado eco en los sectores financieros y mineros internacionales, el fondo soberano de Noruega, gestionado por Norges Bank Investment Management (NBIM), anunció la exclusión del grupo minero francés Eramet de su cartera de inversiones. La razón: preocupaciones éticas vinculadas a su participación en el proyecto de extracción de níquel en Indonesia a través de la empresa conjunta PT Weda Bay Nickel.
La medida fue tomada tras la recomendación del Consejo de Ética del fondo, un organismo que revisa el comportamiento de las compañías incluidas en la cartera del fondo soberano más grande del mundo, con más de 1.5 billones de dólares en activos. A junio de este año, NBIM mantenía una participación del 0.44% en Eramet, valorada en aproximadamente 6.8 millones de dólares.
Según el dictamen emitido por el Consejo de Ética, existe un riesgo inaceptable de que la empresa francesa esté contribuyendo a daños ambientales graves y a la violación de derechos humanos de pueblos indígenas no contactados en la región de Halmahera, donde se encuentra la mina de níquel.
Desde París, la reacción de Eramet no tardó. En un comunicado enviado a Reuters, la compañía expresó su profundo pesar por la exclusión, afirmando que están revisando los argumentos presentados por el fondo noruego. Destacaron además que, desde 2017, han actuado como accionistas minoritarios con transparencia y estándares elevados, promoviendo activamente la responsabilidad ambiental y las buenas prácticas mineras en sus operaciones en Indonesia.
El proyecto de Weda Bay no es menor. Situado en la isla de Halmahera, este yacimiento se ha convertido en una pieza estratégica para el suministro global de níquel, un componente esencial en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. Con la transición energética en marcha, la presión por explotar estos recursos se ha intensificado, elevando también las tensiones con las comunidades locales y el ecosistema circundante.
La situación se complica aún más con la intervención del gobierno indonesio. De forma paralela al anuncio de Noruega, autoridades del país asiático informaron la incautación de terrenos de Weda Bay Nickel, abarcando cientos de hectáreas, debido a la falta de permisos forestales. El operativo forma parte de una ofensiva mayor contra la explotación ilegal de recursos naturales, impulsada directamente por el presidente Prabowo Subianto, quien ha revelado que más de 1,000 operaciones mineras irregulares han sido detectadas recientemente.
Este doble golpe –la exclusión internacional y el castigo local– coloca a Eramet en una posición crítica. Si bien la empresa insiste en su rol constructivo, su implicación en un proyecto con múltiples cuestionamientos sociales, legales y ambientales puede comprometer seriamente su reputación y su capacidad para mantener el respaldo institucional de otros fondos éticos en Europa.
El caso también subraya el creciente poder de los fondos soberanos y éticos como actores reguladores del comportamiento corporativo a escala global. La exclusión no es meramente simbólica. Para muchas compañías, significa perder acceso a fuentes clave de capital a largo plazo. Y en una era donde la inversión responsable se ha vuelto una norma entre instituciones financieras de peso, mantener prácticas controvertidas puede resultar no solo moralmente problemático, sino financieramente inviable.
Vale la pena recordar que este no es el primer revés para una minera global con operaciones en Indonesia. En los últimos años, empresas como Freeport-McMoRan y Vale también han enfrentado críticas por su impacto ambiental y social en la región. La diferencia, en este caso, radica en el papel activo de un fondo soberano europeo, lo que añade una capa internacional de presión sobre la minería en el sudeste asiático.
La minería del níquel en Indonesia, pese a su relevancia para la transición energética, está bajo una lupa cada vez más rigurosa. Y aunque la industria enfrenta retos serios en materia de sostenibilidad, es necesario reconocer que sin el aprovechamiento responsable de estos recursos, sería imposible avanzar en la electrificación del transporte y otras metas climáticas.
Es aquí donde entra la necesidad de una minería bien regulada, tecnificada y transparente. La exclusión de Eramet no debería ser un llamado a detener la minería, sino una exigencia para hacerla mejor. Porque si queremos baterías limpias, también debemos exigir cadenas de suministro limpias. (minería en línea)

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