Entrevista Dossierweb. Diego Pestaña, de AGV: “La reactivación de la minería llegó por el RIGI, que está favoreciendo la inversión”
o.- Diego Pestaña es director del Grupo AGV, holding salteño dedicado a servicios especializados para la minería, la construcción y la energía, con presencia en la Puna y en varios polos productivos del país. Integran el grupo firmas como AGV, Tademaq y otras compañías dedicadas a perforación, provisión de maquinaria, logística y obras de infraestructura. Con tres décadas de trayectoria vinculada al desarrollo minero argentino, Pestaña es un referente del sector, especialmente en la articulación entre proveedores, grandes proyectos y expansión tecnológica.
En esta entrevista con Dossierweb, analiza el impacto que está teniendo el RIGI en la reactivación minera, el avance de proyectos como Río Tinto, Taca Taca y Vicuña, y la necesidad de superar los déficit en infraestructura clave para la minería como son las rutas, la energía eléctrica y el ferrocarril. También detalla la alianza con la empresa china XCMG, marca líder global en maquinaria para construcción, izaje vial y minería, con tecnología de última generación, que permitirá traer al país maquinaria autónoma y camiones híbridos para minería. Optimista sobre el futuro, asegura que la estabilidad económica y la inversión sostenida serán determinantes: “La única forma de vivir mejor es paso a paso; no hay magia”.
— ¿Cómo está viviendo AGV este presente del sector minero en relación con la marcha de la economía argentina?
— Muy bien. La verdad es que este año fue duro, un año difícil. Desde finales del año pasado hasta agosto o septiembre de este año estuvo todo muy frenado. Se empezó a activar la minería, con Río Tinto y el tema de perforaciones; aún falta que se reactive un poco más la venta de maquinaria, pero estamos volviendo a niveles de actividad similares a los de 2023, cuando el sector tenía trabajo. Hoy están saliendo muchas licitaciones y aparece trabajo en la minería. Y no es casualidad: es consecuencia directa del RIGI. Fue un acierto del Gobierno nacional. Al sancionarse la ley, pone a las empresas mineras en una condición competitiva y permite que proyectos muy buenos —que antes eran inviables por los costos argentinos— hoy estén iniciando su construcción. Nos coloca a la par de Chile, Perú y otros países mineros. Esta reactivación llegó por el RIGI, que favorece la inversión.
— ¿Cómo se traduce esto en su empresa y en qué proyectos están trabajando?
— En Salta trabajamos en el proyecto de Río Tinto, en la construcción de la planta en el Salar de Rincón. En San Juan está Vicuña. En minería metalífera, especialmente oro y plata, también hay mucho trabajo. Proyectos como Providencia en Jujuy, Mina Santa Cruz en Santa Cruz, nuevas exploraciones en la Puna, o el proyecto de uranio en Río Negro. La expectativa es muy positiva: se percibe que la economía se encamina hacia la estabilidad, y lo mismo la política, tras una elección que reafirma el rumbo del Gobierno. Eso da tranquilidad a los inversores y los anima a apostar. La única forma de que haya crecimiento, mejores salarios y más trabajo es con inversión. Cuando hay inversión, es ganar y ganar.
— ¿Qué impacto concreto del RIGI se vio en estos meses?
— Todas las empresas que pueden iniciar proyectos hoy están buscando cómo hacerlo. Se aprobó el proyecto de Ganfeng en los salares Pastos Grandes y Pozuelos con la idea de ingresar al RIGI. Taca Taca está esperando la aprobación del impacto ambiental para iniciar, idealmente en el primer trimestre del año que viene, trabajos previos: caminos, instalaciones, campamento. Si estos proyectos avanzan —como Mara en Catamarca, Los Azules en San Juan o Diablillos de Abra Silver en Salta— no va a haber capacidad de empresas para abastecer simultáneamente 4 o 5 construcciones. De hecho, ahora en Salta tenemos a Río Tinto iniciando uno, con una inversión que supera los US$ 2.700 millones. Van a construir una planta de procesamiento en plena Puna. Para dimensionarlo: el gran movimiento que vivió Salta en los últimos años fue por tres proyectos —Mariana de Ganfeng, Posco y Eramine—. Pues bien, el de Río Tinto solo es más grande que esos tres juntos. Esa es la escala.
— ¿Cómo fue el acuerdo que llevaron a cabo con una de las empresas del grupo con una firma china?
— Una empresa del grupo, Tademaq, tomó la distribución de la marca de maquinaria china XCMG, la tercera compañía de maquinaria para construcción y minería más grande del mundo. Son líderes mundiales en tecnología autónoma y en camiones eléctricos, híbridos o diésel. Estuvimos este año en su fábrica en China. Es una empresa con capacidad real para dar soluciones a la construcción y la minería. Como empresa salteña, siempre quisimos trabajar directamente con la fábrica, no ser subdistribuidores de una firma importadora de Buenos Aires. Así podemos dar mejores servicios y ser más competitivos, beneficiando a contratistas y constructoras. Ellos producen desde equipos de 1.000 kilos hasta maquinaria de 400 toneladas; de minicargadoras, miniexcavadoras, motoniveladoras, topadoras, palas cargadoras, hasta grandes equipos mineros del mismo tamaño que los de Caterpillar o Komatsu. China hoy tiene tecnología de equipos mineros autónomos, de lo más avanzado del mundo. Hay minas en China con 100 camiones operando sin conductor, más equipos de carga y sistemas dirigidos por inteligencia artificial.
— ¿Cuándo llegará esa tecnología de XCMG a la Argentina de la mano de Tademaq?
— El año que viene. Primero llegarán camiones mineros híbridos. Los eléctricos todavía no tienen infraestructura para operar en minería, porque no hay líneas de transmisión eléctrica capaces de abastecerlos, pero en dos o tres años creo que eso estará resuelto. Son pasos que se van dando. Son equipos mucho más ecológicos por su baja emisión de carbono, lo más avanzado que existe hoy.
— Los servicios vinculados a la minería dependen de rutas, energía, logística. ¿Cómo está Salta en infraestructura?
— La infraestructura es el gran déficit de Salta y gran parte del país. Se está iniciando la construcción de un tramo de la Ruta 51; veremos si se termina en tiempo y forma. Ya no creemos en los anuncios hasta que la obra esté lista. Nosotros siempre estamos disponibles para apoyar como sea para que las obras se realicen, porque son clave para todos los que trabajamos en la Puna. Transitar rutas seguras es fundamental. El abastecimiento de insumos para la minería del litio y del cobre, si arranca Taca Taca, será impresionante; y con el estado actual de la ruta, es imposible. En energía eléctrica, había dos proyectos de inversión muy importantes, pero no se escuchó más. Deberán hacerse igual. Hoy, abastecerse con diésel cuesta más del doble que abastecerse con energía eléctrica. Una línea desde Olacapato hacia las mineras permitiría duplicar los parques solares de la Puna; esos parques podrían enviar energía a Salta durante el día, y de noche abastecer con energía del sistema interconectado. Esto reduciría el costo energético de las mineras hasta un 50 %, y haría viables proyectos que hoy no lo son
— La concesión del Belgrano Cargas vuelve a poner en agenda la necesidad de un sistema ferroviario eficiente.
— Se está avanzando en la privatización del Belgrano Cargas. Las empresas interesadas están buscando cómo invertir para que los ramales C-14 y C-15 —el corredor minero de Güemes al límite con Chile— vuelvan a operar comercialmente. Hoy las formaciones que podrían ir a la Puna son muy cortas, de ocho vagones, y eso no es viable. Deben ser más largas para competir en tarifa y ser una alternativa al camión. Para Salta es fundamental apoyar esta licitación. No se privatiza algo que funciona: hace cuarenta años que el tren no genera vida para los pueblos ni trabajo. Hoy sé que hay dos grupos importantes interesados en desarrollar la logística del norte hacia los puertos del Atlántico y del Pacífico. Uno es un consorcio de todos los exportadores de granos del país que quieren potenciar el ferrocarril hacia el norte, para que todo el NOA tenga acceso competitivo a los puertos. El otro grupo es una empresa mexicana muy importante, que opera ferrocarriles en México y Estados Unidos.
— ¿Qué perspectivas tenés hacia adelante para la economía y el sector minero?
— Soy muy optimista para 2026, 2027, 2028 y 2029. Hay proyectos que tardan entre tres y cuatro años en construirse y recién después empiezan a generar divisas. El agro también está viviendo un buen momento. Una parte tiene retenciones, pero otra no, y eso impulsa inversiones y trabajo. Es un proceso que no se resuelve en uno o dos años. Llevará cinco, siete o diez. Pero mientras sea un proceso ascendente, de mejora continua, será muy positivo. Todos quieren vivir mejor hoy, pero la única forma es paso a paso; no hay magia. Y creo que estamos en el camino correcto. (dossierweb.com.ar)
