El conflicto amenaza la operación de las petroleras de EE.UU.
Después de operar durante un siglo en Venezuela a través de auges, caídas y sanciones de Estados Unidos, la petrolera norteamericana Chevron Corp. enfrenta una nueva prueba. Si el líder venzolano, Nicolás Maduro, cumple su amenaza de anexar una enorme franja de la vecina Guyana, los analistas prevén que EE.UU. restablezca las sanciones y potencialmente revoque una licencia que permitió a la petrolera reanudar sus operaciones en el país caribeño.
Si la amenaza de Maduro no fuera “más que un ruido de sables, lo más probable es que EE.UU. limite la capacidad de Chevron para operar en ese país”, dijo Shreiner Parker, director gerente para América Latina de la firma de investigación Rystad Energy. “La propia Chevron puede decidir que no quiere operar en un país que ha invadido a un vecino soberano”, añadió.
Chevron, que abrió su primera oficina en Venezuela en 1923, no respondió de inmediato a solicitudes de comentarios.
Maduro dice que otorgará nuevas licencias de exploración petrolera en Esequibo y ordenará a las empresas que ya trabajan en el área que se vayan. Mientras tanto, Guyana ha intensificado las medidas de seguridad y el Ejército brasileño ha aumentado su presencia a lo largo de la frontera.
Por su parte, EE.UU. pidió a Venezuela que respete el territorio como si parte de Guyana hasta que el asunto se resuelva en un tribunal internacional. El jueves, el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, instó a las compañías petroleras que operan allí a ignorar la orden de Maduro de irse, diciendo que el Gobierno defenderá su soberanía.
“Cualquier intento de explorar en busca de petróleo por parte de sus compañías petroleras estatales o empresas estatales en nuestro territorio será visto como una incursión en Guyana”, advirtió Jagdeo a Venezuela.
La disputa se produce al tiempo que la oposición política de Maduro se consolida frente a las presidenciales del próximo año. Las encuestas muestran que la opositora María Corina Machado aventaja al régimen, razón por la cual muchos analistas ven la amenaza de Esequibo como una fanfarronada destinada a levantar el nacionalistamo y reunir a los principales partidarios del régimen.
El domingo, Maduro reclamó una victoria abrumadora en un plebiscito que planteó cinco preguntas sobre si el territorio rico en petróleo del tamaño de Florida debería ser gobernado por Venezuela. Alrededor de 95% de los votantes respaldó al gobierno, pero los niveles de participación —que, según los críticos, estuvieron sumamente inflados— no alcanzaron el objetivo inicial de Maduro.
En teoría, los campos petrolíferos frente a Guyana que Chevron adquirió por US$ 53.000 millones a Hess Corp., asociada a Exxon Mobil Corp., también podrían estar en peligro debido a la amenaza de Maduro. Pero los analistas ven poco probable que Venezuela se haga cargo de la producción en alta mar, debido a los importantes desafíos logísticos que la nación sudamericana no está preparada para manejar. Chevron espera que su acuerdo con Hess se cierre en la primera mitad de 2024.
No obstante, los analistas advierten de que Maduro es un actor irracional rodeado de aduladores. Eso podría llevar al líder chavista a tomar decisiones que perturben los esfuerzos de Venezuela por aumentar la producción de petróleo y obtener los ingresos que tanto necesita ahora que EE.UU. ha suavizado las sanciones(Clarín, Buenos Aires)