El caso de una minera y sus proveedores para desarrollar la exploración de cobre
o.– (Carolina Putelli) Durante una de sus campañas más exigentes, Los Azules decidió no solo priorizar a perforistas locales, sino también ayudarlos a invertir.
Los Azules tuvo una temporada de exploración récord, con más de 70.000 metros perforados, en 2023-2024. Para llegar a esa actividad, la exploradora tomó la decisión de trabajar con la mayoría empresas perforistas de San Juan y lo logró con un plan de desarrollo de proveedores que fue ejemplar. Es que, según contó el presidente de la Cámara de Perforistas de San Juan, Eduardo Caputo, trabajaron juntos ese año y la minera los ayudó a financiar las máquinas, que pueden costar alrededor de 800.000 dólares, para que estuvieran a la altura. Este modelo, dijo el empresario sanjuanino, fue clave y también refuerza la posición del sector local, a la vez que suple fallas del mercado habitual, como la falta de crédito.
Para Caputo, el trabajo que hicieron en conjunto con McEwen Copper para la exporación del proyecto Los Azules fue un modelo de éxito. El empresario explicó que fue una iniciativa de la minera, que hizo el pago de los equipos nuevos que luego las empresas perforistas usaron en un sistema de comodato. De esta manera lograron que el sector de los perforistas fuera más competitivo no solo a nivel local si no también hacia afuera. Lo más importante, agregó, es que así se aseguraron de que la maquinaria y la inversión quedó en la provincia.
Una de las principales barreras para las pequeñas y medianas empresas en el sector minero es el alto costo de los equipos, recordó, además de la dificultad que tienen para acceder a créditos. En este caso, gracias a esta modalidad de trabajo, pudieron encarar la campaña de exploración, haciéndose cargo de las tareas con la maquinaria nueva, de la que devolvieron el valor una vez que terminaron de hacer los metros de exploración requeridos.
Además, explicó Caputo, el contrato de trabajo con la operadora fue clave. Es que tener firmado el compromiso de trabajo “proporciona el respaldo necesario para buscar financiamiento externo y obtener los fondos para repagar el equipo a medida que se cumplen los hitos del proyecto”, dijo. Esto es central porque la inversión no se limita solo a la máquina principal, sino que las empresas perforistas requieren de un monto similar en equipos auxiliares. Esto se debe a que los proyectos operan en zonas remotas, deben adquirir e instalar casetas, plantas de lodo, camas de barras, camiones, camionetas, generadores, luces y en especial las barras de perforación, que son muy caras, además de aditivos y aceros.
Para el proveedor sanjuanino, “más allá de la asistencia financiera, el acompañamiento constante fue esencial” durante esos años de trabajo. Contó que para un proveedor pequeño que no está acostumbrado a la complejidad de la documentación, las estructuras de costos y los plazos estrictos de las grandes empresas, trabajar con la empresa minera es crucial para superar la curva de aprendizaje.
La colaboración también implicó una elevación significativa de los estándares de trabajo, calidad y seguridad. “Los Azules operaron bajo estándares tan altos que se dice que trabajaban como una mina en operación en lugar de un mero proyecto de exploración”, aseguró Caputo. Esta significó que los proveedores se llevaron el know-how de las tareas específicas y también el respaldo de haber completado una campaña de gran envergadura.
Esto es un requisito para ingresar a futuros proyectos mineros y es fundamental para ofrecer el servicio fuera de la provincia.
Este modelo de desarrollo de proveedores asegura que los bienes de capital y la inversión permanezcan en la provincia de San Juan, reflexionó el empresario. A diferencia de los modelos donde las máquinas terminan su trabajo y se trasladan a otra provincia, cuando se contrata proveedores de otros lugares. Pero, explicó Caputo, “depende de la voluntad de las empresas de querer aplicar una política de este tipo”, ya que no hay protocolos que se los indique. (Diario de Cuyo)