Cuánto tendrá que esperar Mendoza para tener un segundo proyecto de cobre en condiciones de producir

Cuánto tendrá que esperar Mendoza para tener un segundo proyecto de cobre en condiciones de producir

o.- (Edwards Gajardo) Muchas decisiones políticas que parecen inofensivas y se toman sin mayor análisis técnico y centifíco, muchas veces muestran sus efectos muchos años más tarde, cuando los dirigentes ya pasaron. Es el caso del desarrollo de la minería en Mendoza, la cual tuvo un freno en 2007 y se mantuvo congelada en su totalidad durante 17 años, efectos que se están viendo en la actualidad, casi dos décadas después.
Eso, por ejemplo, llevó a que hoy en Mendoza exista una brecha muy amplia entre lo que está más avanzado y lo que le sigue en la cadena de desarrollo de un proyecto minero, la cual suele ser muy larga, con muchos actores, con mucha inversión y un lento retorno.
Llevándolo a lo concreto, lo más avanzado que tiene Mendoza es PSJ Cobre Mendocino que avanzó con la factibilidad y ahora presentó la adecuación del informe de impacto ambiental para producir cobre en Uspallata. Sin embargo, al mirar quienes vienen detrás, no hay proyectos concretos a la vista y la brecha con el más cercano es muy amplia. Lo más avanzado en exploración es Cerro Amarillo, proyecto que es impulsado por Wincul, sociedad de la que forma parte el grupo Alberdi (socios argentinos de PSJ).
Esta semana desde el proyecto se informó que avanzan con una campaña de muestreo y mapeo geológico. Aunque este verano no hicieron sondajes, es el único proyecto en Mendoza que hizo perforaciones en busca de cobre desde 2007 (cuando se aprobó la Ley 7.722). En la campaña anterior hicieron unos 2.500 metros de sondajes y este verano buscan sumar información para concretar el acuerdo con un socio que acompañe en el proceso exploratorio del proyecto. Recordemos que la zona a explorar es un clúster con cinco pórfidos de cobre en la montaña malargüina.
Lo que está pasando con Cerro Amarillo es la normalidad del proceso de desarrollo de un proyecto minero. El ejemplo más claro es el mismo PSJ, que hizo hace 65 años su primera prospección y luego pasaron muchas empresas que sumaron información hasta que avanzó con una prefactibilidad en base a 33.000 metros de sondajes. Con esos números sobre la mesa, nos damos cuenta que con 2.500 metros perforados Cerro Amarillo está en una etapa inicial y aún necesita de mucho tiempo de exploración. Las estadísticas mundiales indican que con el paso de los años el período entre el descubrimiento de mineral y la puesta en marcha de una mina se ha ido extendiendo. En la actualidad es de unos 18 años, mientras que en 2005 ese proceso demorada unos 13 años. Por eso, el freno al desarrollo minero en Mendoza, incluyendo la exploración, generó esta brecha que tiene hoy al territorio provincial subexplorado y falto de información como para pensar en la posibilidad de tener una segunda mina en condiciones de producir.
La diferencia es lo que sucede en San Juan, donde ya hay proyectos de clase mundial cubicados y en pleno desarrollo (como Josemaría en el distrito Vicuña), pero detrás también vienen otros proyectos en factibilidad y prefactibilidad. También tienen en marcha exploraciones avanzadas y otras propiedades que están comenzando a estudiarse. Se sigue perforando a niveles muy importantes y con fuertes inversiones, poniendo proyectos en todos los eslabones de la cadena de desarrollo minero. De esta forma, la rueda virtuosa que supone el inicio de la producción de cobre promete cambiar positivamente la realidad de la economía de la vecina provincia.
El distrito de Malargüe
El impulso minero de la segunda administración de Alfredo Cornejo apuntó al desarrollo de la exploración. Con el diagnóstico claro de subexploración, se decidió diseñar Malargüe Distrito Minero Occidental (MDMO) para hacer más expedito el trámite político en la Legislatura -principalmente- y así sumar un volumen importante de proyectos. Eso, porque la estadística es dura y cruda, ya que sólo el 1% de los proyectos que se inician a exploran terminan siendo una mina.
Después de Cerro Amarillo lo que viene son los 34 proyectos de la primera tanda de MDMO, dentro de los cuales El Perdido aparece como el que más avances tiene de la mano de los canadienses de Kobrea. En su último informe, de fines de febrero, señalaron que ya tienen determinadas las zonas para hacer perforaciones diamantinas y trabajan en la construcción del camino para el ingreso de los equipos. Además, realizarán un estudio magnético y radiométrico aéreo.
Después de ese proyecto vienen los otros 33 que ya pueden explorar en MDMO y los 27 que ahora podrían obtener el aval político y, para los cuales, se anunció una audiencia pública para abril. En todos estos casos el desarrollo está sujeto a los resultados, porque lo único en materia de cobre que está medido en Mendoza es PSJ.
Igualmente, y a pesar que no tienen un desarrollo amplio del proceso exploratorio, también hay otros proyectos que tienen un potencial casi indiscutido para los expertos que alguna vez prospectaron, están bloqueados. Es el caso de Paramarillos Sur, que fue explorado en la década de 1960 y que alcanzó a tener una campaña efímera que se frenó por el conflicto judicial que se mantiene hasta ahora con Danone. Con esos pocos metros, los resultados fueron muy positivos y llamaban a seguir con los sondajes, pero todo se frenó y se mantiene la discusión en tribunales. Con un gran potencial en el sector minero también se nombra a Papagayos, proyecto ubicado en el departamento de San Carlos, el cual quedó bloqueado por la ampliación de la Reserva de la Laguna del Diamante, previo a la instalación de la Ley 7.722.
Con ese panorama, Mendoza se transformó en una tierra de extremos en lo que a minería se refiere, con la posibilidad de ser la provincia argentina que vuelva a llevar al país a la producción de cobre, pero al mismo tiempo con un amplio territorio subexplorado o con zonas con mucho potencial bloqueadas y en stand by durante décadas. (Mdzol Mendoza)

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