Con el tipo de cambio estable vuelve a crecer la brecha

Con el tipo de cambio estable vuelve a crecer la brecha

o.- (Mariano Boettner) El dólar cerró en $ 1.425. En el BCRA son cautos sobre el fin de la restricción cruzada que rige hace dos meses.
Rulo. El Banco Central analiza qué hacer con la restricción cruzada.
La estabilidad en el dólar oficial contrastó en los últimos días con las cotizaciones de los tipos de cambio financieros como el contado con liquidación. Esta semana la brecha entre los dos repuntó a 7%, el nivel más alto post elecciones. Más allá de las razones que lo explican, en el mercado avizoran una “solución”: que el Banco Central elimine las restricciones cruzadas que impuso para todas las personas a fines de septiembre, es decir, que vuelva a permitir el “rulo” financiero.
Ayer, el dólar minorista subió $ 10, a $ 1.425, y volvió a la cotización del viernes. Por su parte, el MEP cedió 0,6%, a $ 1.440, mientras el contado con liqui bajó 1,5%, a $ 1.471. En cuanto al mercado de bonos, las cotizaciones bajaron levemente, menos de 0,4% en promedio, en medio de un clima global tumultuoso con pérdidas en Wall Street a la espera de la presentación de balance de la tecnológica Nvidia, la empresa de mayor capitalización en Wall Street. El Merval se movió casi toda la rueda a la baja y terminó con un tímido 0,2% arriba.
La razón que explica el retorno de la brecha cambiaria, aseguran en el mercado, está relacionada al aluvión de colocaciones de deuda en dólares que protagonizan las empresas argentinas en las últimas semanas. Noviembre ya es el mes récord de emisiones de obligaciones negociables en el mercado internacional por parte de compañías desde que comenzó el mandato de Javier Milei.
Según explican fuentes del mercado, para que un inversor pueda participar de esas licitaciones y comprar los títulos de deuda que colocan las empresas, deben tener dólares alojados en una cuenta en el exterior. Esto es así porque las emisiones se realizan en el mercado internacional. La manera más común para “sacar” los dólares del sistema local y llevarlos afuera es a través del contado con liquidación.
La necesidad de comprar dólares a través del “contado con liqui” para aprovechar una oportunidad de suscribir a esas obligaciones negociables de empresas argentinas, teorizan en la city, implica una presión al precio de esa cotización financiera. Según Portfolio Personal Inversiones (PPI), la brecha alcanzó el lunes el 7,2%, la cifra más alta en un mes.
Otros analistas creen que aún no hay elementos concluyentes para asegurar que esa sea la única explicación. “No termina de cerrarnos porque no estamos seguros de que la demanda privada derivada sea lo suficientemente significativa”, mencionó Outlier en un informe.
Al mismo tiempo que la demanda para suscribir estas obligaciones negociables eleva el precio del contado con liquidación, el ingreso de esas divisas al mercado local que hacen las empresas, una vez finalizada la operación, hace caer el tipo de cambio oficial.
Puesto en otros términos, actúan dos fuerzas contrapuestas por la misma razón: la colocación de deuda de compañías empuja hacia arriba un precio y hacia abajo el otro, lo que hace crecer la brecha.
Una posible “solución” al crecimiento de esa brecha, señaló PPI, depende del Banco Central. Se trata de la eliminación de las restricciones cruzadas que implementó la autoridad monetaria a fines de septiembre. Fue la manera en que el BCRA terminó con el “rulo” financiero, una operación por la que las personas aprovechaban la pequeña brecha cambiaria para obtener una ganancia en dólares.
“La forma más directa de reducir la brecha para el Gobierno sería eliminar la restricción cruzada de 90 días impuesta a minoristas a fines de septiembre, devolviéndoles su rol natural de arbitrajistas”, planteó.
El Central decidió restringir el “rulo” a fines de septiembre. Desde abril, cuando el Gobierno eliminó el cepo para las personas y permitió compras libres de divisas, una parte relevante de la demanda de dólares fue destinada a hacer esa operación con las cotizaciones financieras y conseguir una ganancia en moneda dura.
Ese circuito estuvo alimentado por una marcada demanda de empresas que compraron en el MEP esos dólares que vendían las personas. En los despachos oficiales son cautos sobre las posibilidades de volver a permitir ese circuito financiero, aún en un contexto de mayor tranquilidad cambiaria.
Este tipo de decisiones, como un desarme del “apretón” monetario, esperan tomarlas de forma muy gradual en la medida en que se extienda la tranquilidad cambiaria y se recupere la demanda de pesos por parte del público.
Durante la mayor parte de esos seis meses el arbitraje entre las personas y las empresas no representó un problema para el Gobierno: mientras el dólar se mantenía en el centro de la banda de flotación, la oferta y la demanda se abastecía enteramente con divisas del propio sector privado.
El escenario cambió cuando el Gobierno necesitó intervenir, primero con ventas del Tesoro nacional y luego con reservas del Banco Central. El “rulo” pasó así a realizarse contra los dólares de la autoridad monetaria y fue en ese momento en que salió a cortar la operatoria de manera definitiva. (Clarín, Buenos Aires, 18/11/2025)

 

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