China replica con aranceles a la guerra comercial de Trump
o.- (Paula Lugones) Serán de 15% al carbón y al gas natural. La respuesta china incluye además una investigación a Google. También gravarán otros productos de EE.UU.
China respondió rápidamente ayer a la guerra comercial que impuso Donald Trump a las importaciones de ese país -que entraron en vigor a medianoche- con una suba de aranceles a productos estadounidenses que incluyen 15% sobre el carbón y el gas natural licuado (GNL) y otras represalias como una investigación antimonopolio sobre Google.
La respuesta de China intensifica aún más las tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo y sucede al día siguiente de que Estados Unidos acordara con México y Canadá posponer por un mes la suba arancelaria a esos países a cambio de mejoras en la seguridad fronteriza.
Los aranceles de Trump, que imponen un impuesto adicional del 10% a todos los productos chinos, entraron en vigor a las 12:01 hora de Washington, como estaba previsto y después de que Estados Unidos y China no llegaran a un acuerdo para evitarlos.
El flamante jefe de la Casa Blanca acusa a Beijing de no detener el flujo de fentanilo, una droga que azota a los estadounidenses, y a través de los aranceles busca presionar a China para que haga algo al respecto, aunque Trump nunca es claro en comunicar qué pide exactamente.
Inmediatamente después, China anunció subas del 15% sobre el carbón y el GNL, y gravámenes del 10% sobre el petróleo, maquinaria agrícola y algunos vehículos. También anunció restricciones a la exportación de materiales como el tungsteno, que se usa en productos de alta tecnología, y sanciones a dos empresas estadounidenses.
Un portavoz de la embajada china en Washington describió las respuestas de Beijing como “contramedidas necesarias” que están “completamente justificadas y razonables”, mientras que el Ministerio de Comercio calificó los aranceles de “naturaleza maliciosa”.
La guerra comercial encuentra a China en un momento frágil, con crecimiento estancado de su economía y problemas en su industria inmobiliaria, aunque tiene exportaciones a niveles récord. Si bien la economía estadounidense está más sólida, los consumidores y las empresas estadounidenses ahora pueden enfrentar precios más altos en muchísimos rubros de amplio consumo como dispositivos electrónicos, automóviles, ropa, zapatos y otros de importancia para la industria como maquinarias agrícolas y miles de otros productos a medida que los aranceles entren en vigor.
La guerra comercial se lanzó a pesar de que Trump había dicho que quería evitar las tensiones con China. En una reciente entrevista con Fox News, dijo que “preferiría no” implementar aranceles, a los que describió como un “gran poder sobre China”. Trump dijo a los periodistas el lunes que “hablaría con China, probablemente en las próximas 24 horas”.
Es posible que Beijing ofrezca algo a Trump –que fiel a su estilo transaccional busca algo a cambio para cantar victoria- para conseguir que Estados Unidos se repliegue, pero aún no es claro qué medidas concretas pide el presidente contra el fentanilo. Con México y Canadá sucedió que Trump pospuso sus aranceles cuando Claudia Sheinbaum y Justin Trudeau le prometieron reforzar las fronteras con algunas medidas que ya venían tomando hace meses.
Esta no es la primera vez que Trump utiliza los aranceles como arma contra China. En su primer mandato, lanzó una guerra comercial con Beijing, imponiendo miles de millones de dólares en aranceles a los productos chinos para cambiar lo que describió como prácticas desleales de China, como el robo de propiedad intelectual. Eso dio lugar a represalias chinas, ya que contraatacaron con miles de millones de dólares en aranceles a productos estadounidenses.
Finalmente, los dos países firmaron un acuerdo en 2020 que incluía la promesa de China de comprar u$s 200.000 M adicionales en productos estadounidenses durante dos años, algo que el gobierno chino no cumplió. En 2021, cuando el presidente Joe Biden asumió el cargo, su administración mantuvo los aranceles y aumentó los gravámenes sobre bienes como los vehículos eléctricos.
Arthur Dong, profesor de Negocios, experto en Asia de Georgetown University, dijo a Clarín que el aumento de tarifas de Trump responde a varios motivos: “El primero es satisfacer a una audiencia de política interna porque China es ampliamente rechazada entre el pueblo estadounidense. Pero también hay una serie de cuestiones que preocupan a Trump como el desequilibrio económico, ya que EE.UU. compra muchos más bienes de China que los que China compra a EE.UU., y el conflicto con Ucrania porque Trump puede vincular la política comercial a que China cambie su postura hacia Rusia y retire su apoyo a Rusia”.
China dijo también el martes que está investigando a Google por la presunta violación de las leyes antimonopolio. No está claro cómo afectará la investigación a las operaciones de Google en el país, donde tiene una presencia limitada y su motor de búsqueda está bloqueado. Google abandonó el mercado chino en 2010 al rechazar la censura de Beijing.
El Ministerio de Comercio también incluyó a dos empresas de EE.UU. en una lista de entidades no fiables: PVH Group, propietaria de Calvin Klein y Tommy Hilfiger; e Illumina, una empresa de biotecnología con oficinas en China. Su entrada en este listado les prohíbe participar en actividades de importación o exportación relacionadas con China así como realizar nuevas inversiones en el país.
David Bachman, experto en China de la University of Washington, comentó a Clarín que “China está demostrando que no se dejará intimidar ni acorralar fácilmente. Al mismo tiempo -concluyó-, la respuesta china es relativamente moderada, lo que sugiere que está dispuesta a participar en negociaciones realistas”.
El martes, Trump suspendió los aranceles a México y Canadá. (Clarín, Buenos Aires, 05/02/2025)