Aranceles de EE.UU.

Aranceles de EE.UU.

Arrancaron los aranceles que EE.UU. aplica al acero y el aluminio
o.- Piden al Gobierno que negocie para retrotraer la medida o aliviar su impacto. Están en riesgo exportaciones por u$s 780M.
Ayer -como ya informara El Pregón Minero- entró en vigencia la suba de aranceles del 25% que dispuso Donald Trump al ingreso de acero y aluminio, lo que afectará a exportaciones de aluminio por u$s 600 M y u$s 180 M en el acero, en un contexto de preocupación por la crisis que vive el sector del acero, con caída de la producción local.
Mientras la industria espera que el Gobierno avance con las negociaciones para retrotraer la medida o aliviar su impacto, o logre un tratado de libre comercio o un acuerdo de aranceles recíprocos, la Cámara Argentina del Acero exige una “respuesta coordinada” entre ambos países, más allá de entender a la decisión como una prevención ante la amenaza de la competencia desleal de China como principal productor del mundo, con una participación del 54% en acero y más del 51% en productos terminados.
Siderurgia global
En ese sentido, la siderurgia global sufre sobreproducción traccionada por el gigante asiático, que también es hoy el mayor exportador de acero del mundo, con más de 94 millones de toneladas.
En 2024, la fabricación global alcanzó 1.883 millones de toneladas, de las cuales más de 1.000 millones correspondieron a China, que en poco más de 30 años aumentó 20 puntos su cuota de mercado. En cambio, la Argentina representa apenas el 0,2% de la producción total con 3,9 millones de toneladas fabricadas en 2024.
“Los Estados Unidos le solicitó al país productos de acero como insumos para su proceso productivo. Esta importación fue autorizada por los organismos norteamericanos competentes”, destacó la Cámara en relación a los envíos nacionales.
La referencia hace alusión a la norma Sección 232 que se impuso en 2018, por la cual los Estados Unidos determinó aranceles y cupos, que ahora modificó. En ese marco, la Argentina negoció la exportación de 180.000 toneladas de productos de acero por año, de las cuales 150.000 toneladas fueron de tubos petroleros aportados por Tenaris, del grupo Techint.
En 2018, también se acordaron “exclusiones”, permitiendo la exportación de productos de acero argentino en el caso de que no haya fabricación estadounidense en cantidad o calidad. Pero en 2021, los Estados Unidos endureció el antidumping y el año pasado los despachos de tubos bajaron a cero.
Así fue que en 2023 y 2024, la Argentina exportó bienes complementarios por u$s 100 M y u$s 110M, respectivamente. Por eso, Acindar, en manos del grupo brasileño ArcelorMittal, dejó de venderle a los Estados Unidos cuando este fijó un cupo ínfimo para aceros largos.
A partir de este 12 de marzo, además de que todas las importaciones que haga los Estados Unidos de artículos de acero y derivados de él tendrán el 25% extra de arancel, se eliminarán cuotas y exclusiones vigentes, y se ampliará el alcance a “artículos derivados”, aunque aún no se conocen las especificaciones.
La Cámara señaló que la Argentina siempre “cumplió estrictamente con los volúmenes acordados” y advirtió que la decisión de Trump puede generar “desvíos ante el cierre del mercado de los Estados Unidos, con la búsqueda de destinos de fácil penetración comercial”.
En el caso del aluminio, el sector exporta u$s 600 M anuales, con Aluar, del empresario Javier Madanes Quintanilla, como única productora con capacidad instalada de 460.000 toneladas, que le vende a los Estados Unidos el 40% de su producción.
Fuentes allegadas a la firma señalaron: “De similar forma que el resto del mercado, estamos en la expectativa de que los Estados Unidos termine de clarificar sus reglas arancelarias a aplicar, y sobre esa base ver qué tratamiento logra acordar la Argentina”. (Clarín, Buenos Aires, 14/03/2025)

Preocupan los aranceles al acero que impuso EE.UU.
o.- Houston. (Sofía Diamante) En el Grupo Techint afirman que tendrán impacto negativo sobre su producción en México
Por fuera de la agenda energética, el tema que sobresalió en la CERAWeek, la conferencia que congrega a los principales ejecutivos petroleros del mundo, fue la suba de aranceles que anunció el presidente estadounidense, Donald Trump. En un primer momento, la mayoría de los gobiernos y analistas creía que era una amenaza del mandatario para negociar, pero la suba de tarifas comenzó a concretarse y eso generó preocupación, incluso en el grupo Techint, la compañía que preside Paolo Rocca y que tiene plantas de producción en EE.UU., México y Canadá, tres países en disputa.
“Esto tiene un gran impacto, porque estamos invirtiendo mucho en la cadena manufacturera de petróleo y de la industria automotriz en México. Estamos siguiendo lo que está pasando y estamos trabajando muy de cerca con el gobierno mexicano para entender [cómo se puede solucionar]. Somos optimistas con que los aranceles, al final, no se van a implementar porque es una situación que no beneficia a nadie. Así que estamos siguiendo esto muy atentamente”, dijo Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, el brazo petrolero de Techint.
En primera fila lo escuchaba Rocca, quien había disertado unos días antes y había dicho que la nueva política comercial de Estados Unidos, de priorizar con beneficios fiscales a las empresas que mudan sus plantas de producción al país, obligará a muchas industrias a reposicionar sus activos en las cadenas de suministros.
El Grupo Techint tiene dos plantas de producción en México, en las localidades de Monterrey y Pesquería, donde fabrican acero crudo, pero también realizan terminación de laminados que abastecen a la industria automotriz en México y en Estados Unidos. Si se concreta la amenaza de aumento de aranceles, la medida afectaría de manera directa los costos de producción de Tenaris y Ternium, dos de las compañías del grupo.
Markous compartió una mesa de debate con el subsecretario de Comercio Exterior de México, Luis Rosendo Gutiérrez Romano, quien luego fue saludado por Rocca cuando terminó su disertación e intercambiaron unas palabras.
El funcionario mexicano dijo que están preocupados por la guerra comercial y que todavía están tratando de entender el impacto. “Lo que estamos viviendo ahora mismo es un cambio de paradigma. Primero, pensábamos que tal vez era una forma de negociar, de tener mejores opciones para negociar los [acuerdos de libre comercio] Nafta o el Usmca. Pero después empezamos a entender que lo que estamos viviendo es un cambio de paradigma, y que el modelo económico y el de comercio están cambiando”, dijo.
“Hay una nueva variable que se llama seguridad económica, que es mucho más importante ahora mismo que el precio o la competitividad. Es un nuevo modelo que toma como un nuevo fundamento esta cuestión de seguridad económica en nuestra región”, remarcó.
Con relación al impacto de la suba de aranceles, Gutiérrez Romano dijo que al principio pensaban que había que eliminar las tarifas, pero ahora están asimilando que van a tener que vivir con la visión de Estados Unidos. “Necesitamos trabajar para tener los mejores términos en las negociaciones tarifarias para nuestro país. Estamos pensando en varios ciclos de tarifas. Si un país está más integrado con nuestra economía, tendrá algún tipo de tarifa, pero si está cerca de China o Asia, tendrá una tarifa más alta para Estados Unidos. Estamos aprendiendo a leer este nuevo proceso, es muy complejo, porque en realidad no se puede ver un consenso entre todos los jugadores claves”, dijo.
Luego señaló que algunos países negocian con una visión regional, pero que otros tienen un punto de vista nacionalista. “Así que ha sido muy complejo. Pero estamos optimistas de que, en el caso de México, tenemos tantas cosas que compartir con Estados Unidos para intentar desarrollar una agenda común para el futuro”, resumió. (La Nación, Buenos Aires, 14/04/2025)

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