Energías renovables en la era de Javier Milei

Energías renovables en la era de Javier Milei

o.- En la COP29 se discute el financiamiento que se otorga a países en desarrollo, como el nuestro, para adaptar su matriz energética y para paliar las consecuencias del calentamiento global
El G20 deja en manos de la COP29 el acuerdo sobre financiación climática
Argentina cuenta con numerosos y diversos recursos energéticos, que por el momento se encuentran desarrollados y aprovechados en niveles disímiles. La matriz energética, que muestra cómo están distribuidos los recursos energéticos en un momento y en un lugar determinados, está francamente dominada por la explotación de hidrocarburos (petróleo y gas), que representan más de un 80% de las fuentes de energía utilizadas y que se obtienen en las cinco cuencas sedimentarias productivas del país (la del Noroeste, la Cuyana, la Neuquina, la del Golfo de San Jorge y la Austral).
Por su parte, las energías renovables en su conjunto representan alrededor de un 10% de la matriz nacional primaria. Este tipo de energía recibe tal denominación por ser, a diferencia de los combustibles fósiles, virtualmente inagotable ya que se regenera de forma natural.
Además, en general presenta una baja emisión de gases de efecto invernadero, por lo cual su contribución al cambio climático es significativamente menor. Entre los ejemplos más comúnmente mencionados de energías renovables con mayor potencialidad de desarrollo en el país se destacan
• la energía solar en el noroeste (para producción de electricidad)
• la energía eólica en el sur (que permite la generación de electricidad gracias a la acción del viento) y
• la energía hidráulica en el centro (utiliza el flujo del agua de río para producir electricidad).
En el último tiempo también tomó relevancia la posibilidad de desarrollar energía geotérmica, que aprovecha el calor del interior de la corteza de la Tierra para generar electricidad. A diferencia de otras fuentes renovables, como la eólica y la solar (cuya producción depende de factores meteorológicos), el calor representa una fuente constante de energía, lo que le otorga la ventaja de poder predecir la producción de una planta.
Si bien toda la región cordillerana del país tiene un gran potencial geotérmico debido a la presencia de una línea de volcanes, actualmente existen proyectos con distinto grado de avance en toda su longitud, aunque los más firmes se encuentran en Neuquén, con foco en los volcanes Copahue y Domuyo.
Dificultades técnicas para las energías renovables
Sin embargo, la utilización de energías renovables para la generación de electricidad presenta algunas dificultades técnicas: su almacenamiento es muy complejo y su traslado conlleva una pérdida de potencia. Además, se requieren grandes inversiones iniciales (con poca previsibilidad y dificultadas por un panorama político y económico inestable), por lo que aún representan una proporción marginal de la matriz energética, aunque sus posteriores costos de mantenimiento no son tan elevados. Su desarrollo colaboraría con la balanza comercial energética (superavitaria este año, pero deficitaria en los anteriores) y la diversificación disminuiría la influencia de grupos económicos concentrados, tanto locales como extranjeros, que dominan el mercado energético.
Ahora bien, ante estas oportunidades, atendiendo el importante rol del Estado en la promoción de la diversificación de la matriz (y también en el favorecimiento de los desarrollos que contribuyan a la explotación hidrocarburífera) y teniendo en cuenta que la inestabilidad jurídica, económica y política desalienta las inversiones, ¿qué medidas se están tomando al respecto en este primer año de gobierno libertario?
En la última Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Javier Milei se pronunció en contra de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aduciendo que es un fracaso y que responde a ideas socialistas. Esto implica alejar el rumbo del país de la dirección señalada por los objetivos de desarrollo sostenible planteados en dicha agenda, uno de los cuales se relaciona directamente con el sector energético y propone “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna”.
Además, y con solo días de diferencia, Argentina retiró su delegación de las conversaciones que se están llevando adelante en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP29, que se realiza en Bakú, Azerbaiyán. Estas últimas medidas van en sintonía con el discurso del Presidente, quien a pesar de la abrumadora evidencia sostiene que el comportamiento climático es independiente de la actividad humana, y también con las acciones tomadas desde el inicio de su mandato, entre las que se cuentan la degradación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible a subsecretaría y la quita de incentivos para la promoción de la transición energética planteada en el famoso DNU 70/2023.
Las últimas medidas no solamente no tienen precedente en relación con la posición histórica del país sino que además parecen tener como único beneficiario al sector petrolero, que encuentra un mercado cada vez más irrestricto. Estas acciones también pueden comprenderse como una suerte de regalo de bienvenida al recientemente electo Donald Trump, quien se mostró en contra de las iniciativas para luchar contra el cambio climático.
No obstante, las consecuencias pueden ir más allá de un intento de complacencia innecesario, dado que en la COP29 se discute el financiamiento que se otorga a países en desarrollo, como el nuestro, para adaptar su matriz energética y para paliar las consecuencias del calentamiento global (que no solamente refieren a catástrofes ambientales sino también a los efectos nocivos que pueden sufrir las exportaciones agropecuarias, tan importantes para el desarrollo argentino).
Entendiendo que la explotación de hidrocarburos es el presente energético, pero admitiendo que el futuro se encamina, con enorme consenso global, hacia la diversificación y al rol cada vez más protagónico de las energías renovables, Argentina no puede darse el lujo (menos aún, con su enorme potencial) de darle la espalda al mundo en términos ambientales y económicos. (BAE, Buenos Aires, 21/11/2024)

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