El Gobierno y la CGT
El Gobierno prometió a la CGT homologar acuerdos paritarios (I)
o.- (Guido Carelli Lynch y Elizabeth Peger) De la reunión en la Casa Rosada participó, sorpresivamente, Hugo Moyano.
Nicolás Posse, Guillermo Francos, Santiago Caputo y Julio Cordero, secretario de Trabajo, recibieron a una delegación de la central obrera, que venía amenazando con llamar a un segundo paro general. Durante el encuentro acordaron una mesa permanente para avanzar en una reforma laboral moderada y los funcionarios se comprometieron a lo que era la principal preocupación de Camioneros: la promesa de homologar los acuerdos paritarios que trababan los aumentos salariales estipulados, en ese gremio sobre todo y en algunos otros. Hoy continuarán las conversaciones. Por la tarde está previsto un encuentro de la dirigencia de la CGT.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, volvió a ponerse ayer el traje de bombero político del Gobierno para recibir a la cúpula CGT y apagar un nuevo incendio. Hasta el martes, cuando llegó la invitación del Ejecutivo, la central obrera amenazaba con convocar un segundo paro general contra el gobierno de Javier Milei. Tras la reunión, la posibilidad de una nueva huelga pareció perder fuerza aunque habrá que aguardar hasta hoy el resultado de la reunión de la cúpula sindical que definirá sus próximos pasos.
Después de casi tres horas de una reunión los jefes sindicales se fueron de la Casa Rosada dispuestos a participar de una mesa de diálogo permanente con el Gobierno y a apoyar cambios acotados en la legislación laboral, pero reclamaron a cambio al Ejecutivo que acelere la homologación de acuerdos paritarios que no aprobó, como el caso de Camioneros. Al menos ese fue el compromiso que los funcionarios de Milei asumieron durante el encuentro.
Para el Gobierno representa un reseteo en su vínculo con los gremios que se paralizó tras el mega DNU, cuyo capítulo laboral fue frenado por la Justicia tras el amparo presentado por la CGT. “Ellos sí la ven”, solía repetir en privado el Presidente sobre los jefes gremiales.
Francos no estuvo solo en la cumbre con sindicalistas en el Salón de los Escudos: lo acompañaron sorpresivamente el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el secretario de Interior, Lisandro Catalán, y el flamante secretario de Trabajo, Julio Cordero. El ministro del Interior fue el primero en irse en el medio de la crisis política que golpea al bloque del oficialismo, aunque en su entorno aclararon que tenía otro compromiso.
Prueba del viraje en el vínculo entre gremios y el Gobierno fue la presencia en la reunión del principal asesor del Presidente, Santiago Caputo. “No hay una decisión de tener un enfrentamiento ideológico ni intención de demonizar a los sindicatos” dijo Caputo en la reunión, según contaron los sindicalistas. Los funcionarios reiteraron su convencimiento de que en los próximos 90 días bajará muy fuertemente la inflación.
Entre los popes sindicales que acudieron la Rosada se contaron a los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña, los dirigentes Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Cristian Jerónimo (vidrio), Jorge Sola (seguros) y Hugo Moyano (Camioneros). “Fue una reunión cordial. Fue la primera que tuvimos desde que se formó el Gobierno. Vamos a apoyar todo lo que sea razonable”, dijo uno de los participantes del encuentro.
Los gremialistas prefieren hablar de modernización laboral en lugar de una reforma y sostienen que están dispuestos a apoyar cambios
Moyano negocia para destrabar el aumento de Camioneros.
La CGT se reúne hoy para analizar si habrá un nuevo paro.
En materia las indemnizaciones (fondo de cese laboral), régimen de multas por despidos, y en la ampliación del período de prueba. Son los tres puntos que habían avalado antes del DNU 70 en las conversaciones informales con Francos. Los funcionarios prometieron enseñarles el articulado a los sindicalistas antes de avanzar con su tratamiento en el Congreso y rechazaron iniciativas para limitar la caja o el poder de los sindicatos.
El punto más sensible de la reunión, clave para que haya un acercamiento en el vínculo, fue el reclamo de la CGT por la demora en la homologación de los acuerdos salariales firmados, como el caso de Camioneros, un planteo que los funcionarios prometieron resolver en el corto plazo. De hecho, Moyano, que reemplazó a su hijo Pablo en la reunión, se quedó media hora más en Balcarce 50 junto a Cordero, Caputo, Sola y Daer, cuando la mayoría ya se había ido, para terminar de darle una solución al acuerdo paritario de su gremio. Ese encuentro fue más que distendido.
La intención oficial es que la discusión por la validación de la paritaria de Camioneros pueda encaminarse hoy desde las 9 en la Secretaría de Trabajo en un encuentro definitivo entre Cordero y Moyano. “Les dijimos a los funcionarios que el Estado tiene un rol indelegable en eso y que lo tiene que cumplir”. reiteró uno de los presentes. Desde el Ejecutivo insistieron en que no se validarán subas por encima de la inflación. Los gremialistas responden que eso no pasará, porque se tienen en cuenta los atrasos salariales de 2023.
La definición del conflicto de Camioneros condiciona la posición que adoptará la conducción de la CGT sobre la metodología del plan de lucha que lleva adelante. Desde la cúpula sindical admitieron a Clarin que si se resuelve la negociación con Moyano “muy posiblemente” la discusión sobre un nuevo paro general se postergará en el tiempo. “Si no hay un guiño concreto para que se homologue, será muy difícil pensar en que hay una instancia de diálogo razonable y real”, advirtió un dirigente.
En la reunión y a tono con la apuesta de mostrar un cambio en favor del diálogo, Caputo reconoció también a los sindicalistas que fue un error saltear la búsqueda de consenso de la CGT con el megaDNU, cuando Francos ya había allanado la conversación con los gremios respecto a algunos ejes para modernizar la legislación laboral.
El capítulo laboral del decreto, frenado por la Justicia laboral, rompió la confianza incipiente que Francos había tejido con los sindicalistas. (Clarín, Buenos Aires, 11/04/2024)
El Gobierno recibió a la CGT y comenzó la negociación por una reforma laboral acordada (II)
o.- Desde que comenzó la gestión de Javier Milei, en diciembre del año pasado, es el primer contacto oficial de la Casa Rosada con la dirigencia de la central obrera.
El Gobierno tuvo su primer encuentro oficial con la CGT en la Casa Rosada, en un contexto marcado por las iniciativas laborales y económicas de la gestión de Javier Milei, así como por la agitación interna del oficialismo en el Congreso. Este encuentro se produce justo antes de la reunión programada del consejo directivo de la central sindical, donde se discutirá la continuidad del plan de lucha. La reunión, que duró más de dos horas, fue presidida por el ministro de Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, quienes recibieron a los sindicalistas junto a otros funcionarios de Interior y la secretaría de Trabajo.
Las tensiones entre el gobierno y la CGT se han incrementado desde la fuerte devaluación de diciembre y la implementación del mega DNU 70/2023, que incluye cambios significativos en cuestiones sindicales como las contribuciones y aportes obligatorios, así como la mencionada reforma laboral. La difusión reciente de proyectos legislativos sobre despidos en el sector público, cesantías y suspensiones en el ámbito privado también ha aumentado la tensión en la audiencia, a pesar del diferente grado de impacto que tienen estos temas en los distintos bloques que componen la CGT.
Si bien dos de los triunviros de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, estuvieron presentes en la reunión, Pablo Moyano, también cosecretario general, estuvo ausente como publicó este medio desde que se confirmó la realización de la mesa de diálogo. Sin embargo, su padre, Hugo Moyano, sí participó en el encuentro con el Gobierno.
Minutos antes de la reunión, la CGT presentó un documento titulado “Agenda para un nuevo contrato social”, que consta de 13 páginas y aborda diversos temas para el desarrollo, con un enfoque en el derecho de los trabajadores a participar en la discusión y el diseño de la sociedad. Este documento incluye temas como trabajo, educación, salud, política industrial, seguridad social, política internacional, medio ambiente, transporte, sistema financiero, reforma tributaria, vivienda y pobreza, entre otros.
Sin embargo, lo más destacado del documento es la propuesta de “un programa de consenso hacia una legislación laboral adecuada”, es decir, una reforma laboral. Aunque se enfatiza en mantener la relevancia de los Convenios Colectivos de Trabajo (CCT), se aborda la perspectiva de un “régimen laboral moderno”, así como la necesidad de un nuevo sistema de accidentes laborales, una Ley de Primer Empleo y una estrategia para formalizar a los empleados no registrados.
Varias fuentes dentro de la CGT han señalado que este documento no implica un respaldo total a la visión del gobierno sobre los gremios y sus derechos, sino que representa una manifestación consensuada “sin letra chica” que aborda de frente los debates que el país enfrenta en la actualidad. (BAE, Buenos Aires, 11/04/2024)
